Fernández de la Vega expuso al Grupo Parlamentario Socialista los ejes de la actuación del Gobierno en el periodo de sesiones que se inicia hoy, en una reunión celebrada en el Congreso de los Diputados.

Especial mención hizo de los proyectos sobre igualdad, atención a la dependencia y conciliación de la vida familiar y laboral, "el tipo de leyes que cambian en profundidad la fisonomía de un país".

Para sacarlos adelante, explicó, el Gobierno aplicará el trabajo riguroso y el respeto a las ideas de los demás, una combinación que "siempre funciona", afirmación para la que puso como ejemplo la reforma estatutaria catalana.

Con un agradecimiento expreso para el portavoz parlamentario del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, principal negociador, la vicepresidenta dio por hecha la reforma, pese a que aún queda pendiente el respaldo de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC).

Dijo a los suyos que ese acuerdo consolidará la estabilidad territorial para un periodo similar al ya recorrido, un cuarto de siglo, porque es plenamente constitucional, mejora el autogobierno y mantiene los principios básicos de solidaridad y cohesión, por lo que fortalece la unidad de España.

EL ESTATUTO CATALÁN, "HOMOLOGABLE"

Los aspectos financieros y competenciales de esa reforma podrán extenderse "donde sean homologables", y se mostró convencida de que comunidades gobernadas por el PSOE y también por el PP reclamarán esa extensión "con los matices que aconsejen sus circunstancias y sus peculiaridades".

La vicepresidenta se preguntó si "alguien con sentido de Estado" puede oponerse a reformas que mejoran el servicio prestado a los ciudadanos y acusó directamente al PP de centrar su estrategia en "entorpecer, confrontar, generar desconfianza y recelos injustificados".

Eso es lo que hizo, argumentó, al oponerse a la admisión a trámite de la reforma, al gastar medio millón de euros en una campaña informativa, al "alimentar" el boicot contra productos catalanes y al "sembrar dudas sobre la fortaleza de nuestra democracia y la madurez del pueblo español".

Fue en este contexto en el que la vicepresidenta denunció que el PP "se ha inventado su propia Constitución, la que dice lo que ellos quieren que diga, a medida y mutante. Un día dicen que es inmutable y otro día la quieren mutar de la cabeza a los pies".

Frente a las "mentiras obsesivas de quienes añoran la simplicidad de lo culturalmente homogéneo, de quienes adoran lo uniforme y plano, de los radicales de los dibujos animados que quieren pasar su fantasía como realidad", defendió una "única verdad", que el Estatuto no altera los pilares del Estado y que no existen privilegios ni tratos de favor".

La vicepresidenta sentenció que el tiempo se encargará de distinguir "a los falsos profetas de los verdaderos patriotas", y pidió a los socialistas que sigan trabajando en los demás proyectos con los mismos criterios empleados para sacar adelante esta reforma.

"LA ENVIDIA" DE EUROPA

El Gobierno, les dijo, afronta este quinto periodo de sesiones de la legislatura con una economía saneada que es "la envidia" de Europa y que permitirá inversiones en I+D+I y en políticas sociales para extender derechos y mejorar la calidad de la democracia.

Esos serán los ejes de la acción del Gobierno pese a la estrategia "deliberada y recurrente" de la oposición, "incapaz de aceptar otra posición que no sea la de predominio" y que para sus fines "no tiene reparo en instrumentalizar las instituciones",aunque sea saliendo de ellas "para iniciar peligrosas cruzadas plebiscitarias".

Especialmente crítica se mostró la vicepresidenta con la afirmación de Mariano Rajoy de que recoge firmas "porque le da la gana" pedir un referéndum, un argumento que enmarcó en "una deriva populista digna del mejor lerrouxismo".

Recordó que en democracia es necesario contar con la voluntad de la mayoría y que los políticos deben actuar en las instituciones. "Lo demás son aventurerismos poco responsables e impropios de quien ha gobernado el país durante varios años".

Se mostró convencida de que los españoles "merecen una oposición mejor" pero, mientras llega, pidió a los socialistas que intensifiquen su labor de explicación a los ciudadanos sobre los acuerdos alcanzados en el Parlamento, para que puedan percibir "sin engaños ni artificios la realidad de lo que está ocurriendo".

De esa forma, serán los propios ciudadanos los que rechacen a "los peregrinos del miedo" y los que comprueben que la realidad nada tiene que ver con el "tremendismo" del PP.