Según Fernández Ordóñez, la misión del Gobierno español en la nueva reunión del Tratado que esta mañana comenzó en Madrid, es la de proporcionar "los medios para que se pueda vanzar en el camino del consenso".

"España", dijo el ministro, "participa del proyecto de presentar alternativas conjuntas y desde una nueva perspectiva, como decidió el Parlamento Europeo en las dos reuniones de 18 de septiembre de 1987. En ellas, se invitaba a los países miembros (del Tratado Antártico) a iniciar la elaboración de una estrategia de conservación de la Antártida".

Sin embargo, aunque el ministro español hizo un llamamiento a los estados para que hagan frente a "los cada vez mayors desafíos medioambientales", no quiso concretar la postura definitiva que nuestra delegación mantendrá en esta reunión de Madrid.

La portavoz de la organización ecologista Greenpeace, María Luisa Toribio, señaló, tras escuchar el discurso del titular del departamento de Asuntos Exteriores, que "no ha cambiado nada respecto a la primera fase de la reunión que se celebró en Viña del Mar (Chile). Las autoridades españolas continúan haciendo gala de la misma ambigüedad".

También la Federación de Amios de la Tierra (FAT) exigió hoy al Ejecutivo socialista que emita "un pronunciamiento claro" sobre las propuestas conservacionistas que han presentado las delegaciones australiana y francesa.

A través de un comunicado oficial, la FAT volvió a pedir a todos los gobiernos que utilicen las fuentes renovables de energía, ya que la "Antártida no puede ser expoliada para asegurar unos años más de abastecimiento de petróleo".

CONSENSO

Tampoco Carlos Blasco, jefe de la delegación española, quiso fijarla posición de los anfitriones, si bien reconoció que es más partidario de la no explotación.

Las representaciones de los 39 estados que intervienen en el encuentro de Madrid estudiarán hasta el próximo día 30, la propuesta presentada por franceses y australianos y respaldada por Bélgica, Italia, Nueva Zelanda, Ecuador, Finlandia, Suecia, Dinamarca, Rumanía, Grecia y Austria, que solicita la no explotación de los recursos minerales que puede albergar el "continente blanco".

Por el contrario, Gran retaña, Estados Unidos, Japón y Suráfrica pedirán, previsiblemente, una moratoria no superior a los 30 años para iniciar la explotación de la zona.

Greenpeace considera que algunos de los países que mantienen una influencia clave en el asunto, como Noruega, Brasil y Chile, no han decidido todavía si apoyarán una prohibición permanente o únicamente una moratoria limitada a corto plazo.

Los ecologistas creen, no obstante, que "la prohibición de la explotación mineral y pertrolífera en la Antártida stá ahora más cerca que nunca"; opinión que comparte la Antarctic and Southern Ocean Coalition (ASOC), que engloba a más de 200 grupos conservacionistas de 43 países.

A FAVOR DE LA PROHIBICION

Los dirigentes de la ASOC estiman que "hay señales de un giro importante entre los países del Tratado en favor de la prohibición. La pasada semana, Holanda y Alemania presentaron propuestas pidiendo la prohibición de las actividades minerales".

Además, recuerdan que "el Congreso de los Estados Unidos ha pdido repetidamente a la Administración Bush que se una a los países contrarios a la explotación. Incluso Japón y Reino Unido parecen reconsiderar ahora su empeño en mantener la puerta abierta a la explotación mineral".

De las 39 delegaciones que participan en la reunión de Madrid, sólo las de 26 países, entre ellas España, son miembros consultivos con derecho a voto.

Jean Pierre Puissochet, de la delegación francesa, manifestó a un grupo de periodistas que su país está dispuesto a apoyar una moraoria de 60 años, a partir de los cuales podría quedar derogada la prohibición si así lo desean todos los miembros del Tratado, ya que las decisiones hay que adoptarlas por unanimidad.

Según Puissochet, las delegaciones contrarias a las tesis de los más conservacionistas "creen que si no hay acuerdo la libertad de explotación es total, y eso no lo podemos consentir".

Por su parte, Oscar Pinochet de la Barra, jefe de la delegación chilena, mostró a su apoyo a una postura intermedia que establezca ua moratoria próxima a los 40 años que pueda ser revisada y derogada en cualquier momento por medio de otra reunión del Tratado Antártico.

TECNOLOGIAS

Aunque los ecologistas mantienen que los partidarios de la moratoria pretenden ganar tiempo para adaptar las nuevas tecnologías a las posibilidades de explotación del "continente blanco", Carlos Blasco aseguró que "las tecnologías necesarias para obtener petróleo allí ya existen, lo que no existen todavía son tecnologías absolutamente seguras para el mdio ambiente".

La Antartida, que tiene una superficie de, aproximadamente, 14 millones de kilómetros cuadrados, es el continente más seco del planeta, con un nivel de lluvias inferior al del desierto del Sáhara.

Asimismo, es el lugar más frio de la Tierra, ya que ha llegado a registrar temperaturas de hasta 89 grados centígrados bajo cero. Los vientos llegan a alcanzar los 300 kilómetros por hora.

En su intervención, el propio Francisco Fernández Ordóñez reconoció la importancia de las invesigaciones que realizan los científicos que trabajan en la actualidad en el continente antártico, porque "nos permiten conocer no sólo el pasado de nuestro planeta, sino también el presente".