Para Marugán, en la Cumbre europea de Edimburgo se ha superado felizmente lo que parecía un momento crítico de la construcción europea y se ha superado felizmente para los intereses de España. "Yo creo -dijo- que los acuerdos en materia presupuestaria, tanto en fondos de cohesión como en fondos estructurales van a permitir que la aportación de recursos comunitarios al conjunto de la sociedad española vaya crciendo a lo largo de los próximos años y el saldo neto de España se vaya incrementando a lo largo de la década de los noventa".

Asimismo destacó que la Cumbre de Edimburgo es capaz de superar los problemas de la ratificación del Tratado de Maastricht, los problemas de la ampliación y sitúa los problemas del Sistema Monetario Europeo en una construcción más positiva.

Tras esta exposición, Marugán afirmó que "ha llegado el momento de señalar las debilidades de la derecha. Una vez más se ha podido pner de relieve la escasa solidez de los planteamientos que en materia del proceso de integración europea y en materia de política económica tiene el principal partido de la oposición. Unos y otros son de todos conocidos", dijo.

Añadió que pedirle a la derecha española un estusiasmo europeísta "no parece muy lógico"."La derecha española -añadió- ha hecho un recorrido lento en aras de un proceso democrático, y me atrevería a decir que ha quedado exhausta en ese recorrido. Una vocación europeísta es una ocación que supera su propio aliento y su propia fuerza y no se nota en los dirigentes de la derecha política española la capacidad de negociación, la capacidad de vertebración, de abordar el proceso europeo con solidez y con consistencia".

Con un tono irónico, Marugán concluyó: "Con las dificultades con que se tiene que negociar cuando uno se sienta en una mesa como la Cumbre de Edimburgo, yo me preguntaría si el señor Aznar sería capaz de aguantar la dureza de una negociación de ese carácter y de obener los resultados precisos para los intereses de España".