El dirigente popular dijo que "el Castillo debe ser el reflejo de la historia de todos los barceloneses y no ser objeto de utilización política, recordando a todos los que murieron, no sólo a Lluís Companys o el General Escobar, sino también de las 258 personas que fueron fusiladas durante la República por su amor España o por sus creencias religiosas".

Fernández Díaz insistió en que ésta es una magnífica oportunidad para "reconciliar la historia de la ciudad con el castillo, y el castillo con todas las personas, de todas las ideologías y creencias, que murieron o fueron encarceladas en el siglo XX y para superar los episodios más negros de la historia de Cataluña y España que el Castillo representa".

A su juicio, el castillo "debe incorporar la defensa de los valores de la convivencia, la libertad, el pluralismo y la democracia", algo que es compatible con sus nuevos usos como Museo Militar.