El motivo de la bronca era la elección de la mesa de la Asamblea, que se realizó a las cuatro de la madrugada con presencia escasa de alcaldes. Quedó definitivamente compuesta por cuatro miembros del PP y uno de Coalición Canaria. El PSOE no presentó lista alternatia porque sus representantes ni siquiera estaban presentes en el Palacio Municipal de Congresos en el momento de la elección.

Desde primera hora de la mañana, los alcaldes coaligados del PSOE e IU protestaban airadamente en los pasillos del Palacio de Congresos, protesta que llegó a su punto culminante en el momento en que Barberá inició su discurso de gestión desde la tribuna del pleno.

Los que protestaban pedían votación de la mesa y coreaban a voces frases del estilo de "esto es un atraco, mano arriba", "fuera, fuera", "que se vote la mesa" y "Mesa dimisión".

Barberá no consiguió el silencio y mucho menos el aplauso de los asistentes cuando se refirió a los concejales y alcaldes que han sido víctimas del terrorismo y, no sin cierto esfuerzo, pudo dejar de escuchar silbidos y gritos durante el minuto de silencio que pidió en recuerdo de los ediles muertos desde la última Asamblea de la FEMP, hace cuatro años.

La presidenta saliente se desgañitaba desde la tribuna y su enfado llegó a talgrado que en tono desafiante dijo a los abucheadores que los ayuntamientos han contribuido en estos 20 años al asentamiento de la democracia, una democracia que ella estaba dispuesta a ejercer a pesar de las protestas.

"Escuchen o no, protesten o no, voy a ejercer mi libertad de expresión en un Estado de derecho y cumplir con mi obligación, que es dar cuenta de mi gestión, y lo quieran algunos o no, lo voy a hacer", dijo.

A mitad del discurso de Barberá, los alcaldes socialistas y de IU abandonarn masivamente la sala y el plenario quedó prácticamente vacío, puesto que en representación de los alcaldes populares sólo están presentes en la Asamblea 27 ediles.

Los abucheos bajaron de tono pero no cesaron en ningún momento. Fuera del plenario, el responsable de Política Municipal del PSOE, Alfonso Perales, hacía esfuerzos denodados para que los 400 alcaldes socialistas acreditados en la Asamblea volvieran al interior, en espera de la intervención de su candidato, el alcalde de Lleida, Antoni Siurna, que replicará a Barberá tras su informe de gestión.

En su discurso, Barberá insistió en que el balance de gestión que presentó hoy "es mérito de todos" los miembros de la FEMP, con independencia de su adscripción política. Destacó la importante evolución del municipalismo en los últimos años y subrayó la firma del pacto local.

Defendió las modificaciones legislativas realizadas que favorecen a los ayuntamientos y argumentó que las competencias de los alcaldes han aumentado significativamente n los últimos cuatro años.

Aseguró que hoy se llega al final de una etapa "en la que hemos conseguido importantes logros para el municipalismo; una etapa que se ha caracterizado por el diálogo, por la participación y por la búsqueda de un objetivo común: el fortalecimiento de los gobiernos locales". Esta afirmación provocó un nuevo aluvión de protestas de los ediles socialistas.

"Hemos incrementado nuestra presencia institucional como federación, hemos consolidado el reconocimiento de nuesta necearia interlocución tanto en instancias nacionales como internacionales, hemos mejorado nuestras fórmulas de financiación y hemos incrementado nuestras competencias", continuó.

Reconoció, sin embargo, que "nos queda mucho por recorrer" y dijo que es un camino "que debemos recorrer juntos". Pidió el mantenimiento del acuerdo y del consenso en el futuro funcionamiento de la FEMP, con "plena responsabilidad", y solicitó también "respeto de los que han escuchado mi informe de gestión para que escuchen con otal respeto a los que van a criticar mi gestión, porque son miembros del municipalismo y merecen ser oídos".