La dirección del PSOE ha organizado la llegada de militantes desde todos los puntos de España en espera de que el acto sirva par recuperar la imagen de tándem entre ambos políticos, factor que considera clave para que no haya más deterioro electoral del que predicen las encuestas.

Para conseguir este objetivo, los publicistas al servicio del partido han preparado el terreno con el cartel anunciador del acto. Sobre el eslogan "La fuerza del futuro", se puede ver el dibujo retocado de una famosa fotografía tomada en la madrugada del 29 de octubre de 1982, cuando González y Guerra salieron a una ventana del hotel Palace, con sus anos unidas y empuñando una rosa, a anunciar que gobernaría el PSOE con mayoría absoluta.

El propio secretario de Organización socialista, José María Benegas, reconocía el pasado jueves, en la presentación de la campaña, que el cartel "puede que tenga" un significado profundo de intentar recuperar no sólo la imagen, sino también el espíritu de cambio y entusiasmo popular que les llevó al poder.

Sin embargo, los análisis políticos de los últimos meses apuntan en otra dirección, y las encuestas queauguran que el PSOE cae hasta los 155 escaños, después de disfrutar de tres mayorías absolutas, parecen venir a corroborarlo.

Dos serían las causas principales: la crisis económica, que "ha venido a contrapié", según varios parlamentarios socialistas, en un momento en que esperaban recoger de la opinión pública los frutos de los acontecimientos del 92, y la falta de objetivos claros que proponer al electorado.

SIN RUMBO Y CON ENFRENTAMIENTOS

Si en 1982 el eslogan fue "Por el cambio", en 1986 "Pr el buen camino" y en 1989 "España en progreso", alusivo al reto de prepararnos para el Mercado Unico de 1993 (esta fue la explicación que dio González para anticipar las elecciones), la incertidumbre sobre si 1997 será el año de la Unión Europea, como estaba previsto, hace dudar a los socialistas de que este sea un buen objetivo para ofrecer.

A estos dos factores hay que añadir la cada vez más patente imagen de un PSOE paralizado en la gestión diaria por sus disputas internas entre un sector "guerrita" y otro "renovador" cuyo liderazgo ha asumido finalmente el vicepresidente del Gobierno, Narcis Serra.

Serra aseguró el pasado lunes en Barcelona que hay que acabar con el espíritu de "secta" en el partido y al día siguiente, en el Congreso de los Diputados, que "la mayoría del partido" está con él; a lo que el sector "guerrista" ha contestado retándole a que lleve sus propuestas al Comité Federal del partido (son aplastante mayoría).

Este enfrentamiento, soterrado en un principio, ha ido en pogresión de grado y publicidad desde que en marzo de 1991 Alfonso Guerra se ve obligado a abandonar la Vicepresidencia del Ejecutivo por el "caso Juan Guerra".

Las relaciones entre el Ejecutivo y el partido cambian. Si hasta entonces el segundo era una simple "correa de transmisión" del primero, por el absoluto dominio de Guerra sobre el "aparato" socialista, ahora es el Ejecutivo el que no tiene "carta blanca" para actuar.

Sirva de muestra lo ocurrido con la propuesta del ministro de Economía y acienda, Carlos Solchaga, de crear mutuas de empresarios y trabajadores para que el Inem se libere de gestionar el subsidio de desempleo (casi dos billones en 1993). Fue anunciada el miércoles y un día después Benegas dijo en la rueda de prensa que es sólo "una oferta" y que si los sindicatos y empresarios no aceptan, "habrá que reconsiderarla".

SOLUCION: ABRIR EL PARTIDO

En medio de este panorama, la Ejecutiva Federal del PSOE se ha fijado el objetivo de abrir el partido a la opinión pública, comenando por una mayor participación de los cargos públicos en los medios de comunicación para explicar el balance de la década y asegurar que el PSOE "es el único partido que puede hacer frente a la crisis", como repite en los últimos días Benegas.

Al tiempo, y con el pretexto de la campaña conmemorativa de los diez años en el poder, los socialistas han organizado un "puerta a puerta" en núcleos urbanos, donde los sondeos pronostican mayor pérdida de voto. Los cargos públicos, acompañados por apoderadosinterventores electorales de cada barrio (más conocidos) visitarán a partir del lunes y durante los dos próximos meses un millón y medio de domicilios.

Se entregará a cada vecino un cómic que narra en sus viñetas las mejoras de una familia durante estos diez años y un díptico explicativo de la unidad europea.

Todo ello sin dejar de lado los actos de masas (1.700 mítines programados), en los que participarán dirigentes regionales y locales y en alguno de ellos Alfonso Guerra sólo o con Felipe Gonález, como el de apertura en Las Ventas.

Aunque durante las últimas semanas se había especulado con la posibilidad de que Felipe González aprovechara la ocasión que tiene mañana para despejar la duda sobre su candidatura a las elecciones generales, que él mismo dejó en el aire durante los últimos tres años para propiciar un debate sucesorio en el seno del partido, la duda fue despejada finalmente anoche, en una entrevista emitida en TVE.

González aseguró en televisión que está dispuesto a ser canidato en los próximos comicios si se lo pide el partido, algo que consideró "bastante probable". Cansado o no, parece por tanto muy probable que González vuelva a ser el cartel electoral del PSOE el año que viene.

Sin embargo, según numerosos dirigentes socialistas, tanto de uno como de otro sector, se ha demostrado que el debate está "verde" y sólo ha servido para acentuar la imagen de enfrentamiento entre el "aparato" del partido, dominado fundamentalmente por Guerra, y los aspirantes a sucesor (Sera, Solana, Bono), encuadrados todos ellos con los "renovadores".