Con esta idea, Feijóo arropó a Rueda en el mitin de cierre de campaña de las elecciones gallegas en A Coruña ante 3.500 personas –según el PP de Galicia–, e insistió en que el resultado de las urnas solo dependerá de sí mismos. “Lo que hagan los demás es secundario, insisto, dependemos de nosotros mismos. Y si vamos unidos, ganamos seguro. No probablemente, no posiblemente. Vamos a ganar seguro”, declaró.

Pero al mismo tiempo advirtió de que la abstención y la división es la principal amenaza que vuela sobre la primera mayoría absoluta de Rueda. Por ello, se volvió a lanzar a por el voto de PSdeG y de Vox, así como de “todos los gallegos” contrarios al separatismo.

“No hay ninguna tierra a la que le haya ido bien el nacionalismo”, dijo Feijóo tras apuntar a Cataluña, donde hubo “ruptura” y “fuga de empresas”. “El plan nacionalista no es un buen plan por mucho que intenten envolverse en papel de regalo”, añadió en referencia a la “moderación” y “renovación” que el BNG ha vendido durante la campaña.

Feijóo pidió entonces el voto para Rueda para que Galicia mantenga su “motor en marcha” a “las máximas revoluciones”, y “no traiga problemas importados de otros lugares”.