Este manifiesto será enviado a los ayuntamientos de la región, para que promuevan medidas preventivas y actividades alternativas para los menores y los jóvenes .

El verano es el período más vinculado, tradicionalmente, al abuso de alcohol y otras sustancias, sobre todo porque coincide con un mayor tiempo de ocio y la celebración de las fiestas patronales.

El Defensor del Menor afirmó, tras la firma del manifiesto, que "el menor es cuestión de todos", y que este convenio debe servir de reflexión a padres, instituciones públicas y a los propios jóvenes.

Núñez Morgades propuso la celebración de un congreso con alta participación juvenil para abordar este problema. "O contamos con los jóvenes o seguiremos en el fracaso", señaló.

A su juicio, la cuestión no es que los "botellones" se trasladen a zonas donde no incordien a los vecinos, sino atajar el verdadero riesgo: el consumo excesivo de alcohol; una droga que muchos contemplan con "benevolencia o permisividad".

"LÍNEAS ROJAS" Por su parte, Juan Martínez incidió en que los jóvenes han de participar en las fiestas, pero a trasvés de otras vías más saludables.

En su opinión, no se debe prohibir el consumo o "marcar líneas rojas", pero sí "potenciar otras tendencias". Según Martínez, "este convenio tiene la vocación de llamar la atención sobre una situación que se da todos los veranos y que pensamos que se puede reconducir en positivo".

Luis Partida explicó que esta iniciativa ya se puso en marcha el pasado año. Este año se ha sumado el Consejo de la Juventud, con lo que se pretende mejorar unos resultados que ya fueron buenos en 2005.

Entre las actividades que los ayuntamientos pondrán en marcha este verano, siguiendo estas recomendaciones y en ejercicio de su autonomía, están las pancartas y publicidad sobre las consecuencias de un consumo excesivo, la programación de actividades deportivas y los controles de alcohol en sangre que los jóvenes podrán realizarse a sí mismos, dentro de los recintos feriales.