Según explicó en una nota de prensa, la falsificación de un producto no sólo afecta a su calidad y durabilidad. Por el contrario, repercute también en "la propia seguridad del consumidor", al comprar artículos que "no ofrecen todas las garantías necesarias para su utilización".

La Confederación también apuntó que el valor de la mercancía intervenida el pasado año llegó hasta los 110 millones de euros. Los datos extraídos del informe de 2004 de la Asociación Nacional para la Defensa de la Marca (ANDEMA) señalan que en ese año un 5,1% de las intervenciones fueron realizadas sobre artículos de juguetería y un 2% sobre productos de alimentación. Juguetes y Alimentación son los dos sectores en los que las falsificaciones tienen mayor protagonismo.

Finalmente, CECU apuntó que esta práctica, cada vez más extendida en España, perjudica "a los derechos intelectuales e industriales" y "beneficia a unas mafias que ganan grandes sumas de dinero a costa de productos creados por otros".