"Es un plan ambicioso y contiene las medidas adecuadas, sin dejar fuera ninguna", declaró a Servimedia el director general de la federación, José Manuel Tourné.

A su juicio, el plan "refleja la voluntad de un gobierno que parece que sí quiere acabar con la piratería; nos ha costado tiempo, pero más vale tarde que nunca".

Tourné cree que el peligro del plan está precisamente en que incluye medidas tan ambiciosas que pueden requerir un marco temporal de implantación demasiado largo, "cuando estamos ante una situación de emergencia, con pérdidas cercanas al 30 por ciento".

La FAP cree que hay medidas que requieren una puesta en marcha urgente, como la sanción a los locales que permitan la venta a "mochileros".

A Tourné le parece bien que entre las medidas previstas figure la creación de una unidad policial especializada en piratería, aunque recordó que tanto la Policía como la Guardia Civil ya tienen equipos expertos en este ámbito "que están funcionando muy bien".

Según la FAP, sería bueno que el Ejecutivo nombrara un comisionado que sirviera de enlace entre la Administración y los colectivos afectados por la piratería, con el fin de canalizar de forma satisfactoria la aplicación del plan.