La marca ha registrado una cifra de negocios de 671.051 millones de pesetas, un 8% más que en 1994, con una capacidad de autoinanciación de 34.848 millones de pesetas y unas inversiones de 34.979 millones realizadas durante el año anterior.

Los directivos de la compañía automovilística achacan este descenso de los resultados a dos razones principales: la fuerte guerra comercial entre marcas que ha hecho decaer notablemente los márgenes de beneficios y la decisión de Fasa de no vender a las empresas de `rent a car' que se dedican a exportar vehículos con una red paralela a la de las marcas fabricantes.

Por esta última cusa Renault estima que ha dejado de vender al menos 5.000 vehículos y ha descendido su cuota de mercado en empresas de alquiler de coches un 10% en los últimos dos años pasando del 25% en 1993 al 15% el pasado año.

El descenso de la rentabilidad ha motivado el inicio de estudios para reducir costes y una revisión de los planes de inversión de la compañía. La dirección prevé una posible regulación de empleo en la segunda mitad del año para ajustar sus gastos y descarta recurir a la figura legal de la rgulación en esta primera parte de 1996, aunque recurrirá a los mecanismos internos de "flexibilidad laboral" para ajustar su plantilla.

El presidente de Fasa Renault, Juan Antonio Moral, anunció durante el acto de presentación de resultados que entre 1996 y 1998 la compañía invertirá en España un total de 100.000 millones de pesetasen la modernización de sus plantas industriales y en la adaptación de las cadenas a sus nuevos productos.

En concreto, con estas inversiones pretenden aumentar la caacidad de producción de la planta de motores de Valladolid que ahora fabrica 1.800 motores por día hasta las 3.000 unidades por jornada y elevar la producción de cajas de velocidades que se realizan en Sevilla de 2.650 a 3.100.

Fasa Ranault matriculó el pasado año 115.636 turismos, con una participacón de mercado del 13,9%, lo que significa la pérdida del liderazgo de la marca en favor de Ford que consiguió el 14,4%. Este descenso se debe, según la empresas, a la bajada de las ventas a empresas de `ret a car' y al fin de la vida del R-19 que ha sido sustituido a principio de 1996 por el Mégane.

Las perspectivas del nuevo modelo de Ranault son buenas para este año. Se espera vender unas 35.000 unidades, aunque es posible que en los primeros meses del año la cuenta de resultados de este modelo sea negativa por los fuertes gastos publicitarios que supone el lanzamiento de un nuevo modelo.

Moral insistió en que el sector del automóvil vivirá en 1996 una reedición de la "permanente guerra comercia" entre marcas del pasado año y pidió que el próximo gobierno suprima totalmente el impuesto de matriculación, que grava a los coches como método de reactivar el consumo. Según las previsiones de Renault, 1996 podría registrar un crecimiento de las ventas de vehículos en torno al 8% alcanzando las 890.000 unidades o incluso las 900.000 si el Ejecutivo adopta medidas fiscales.