En rueda de prensa, la vocal de Dermofarmacia del Consejo, Ana María Aliga, explicó que esta institución ha perseguido la comercialización de estas mercancías en sus establecimientos porque "amenaza la credibilidad de la Farmacia".

La responsable colegial comentó el último producto del que el Consejo ha recibido denuncia, un collar de ámbar que pretendidamente aliviaba el dolor de dientes de los bebés.

El director general de la Organización de Consumidoes y Usuarios (OCU), José María Múgica anunció que están terminando de perfilar un dispositivo estable para detectar y denunciar estos fraudes, que se caracterizan por atribuirse propietades terapéuticas para enfermedades crónicas, de síntomas difusos y sin respuesta rápida y definitiva. Son pretendidamente inocuos y juegan con el efecto placebo.

Añadió que siempre causan un perjuicio económico y pueden ocasionar también problemas para la salud, "por faltas de garantías sanitarias y por el agravamient de la enfermedad al abandonar el tratamiento prescrito por el propio médico".

Múgica recordó que la pretendida veracidad de estos productos se basa en difundir hechos incuestionables mezclados con "farfulla pseudocientífica", que siempre hará referencia a estudios de universidades lejanas y publicadas en revistas en inglés.

1.200 DENUNCIAS

Sólo el Colegio de Farmacéuticos de Vizcaya ha desaconsejado la venta de más de 1.200 productos desde que en el año 1990, año en el que crearon una comisiónde Parafarmacia, según afirmó su presidente, Antonio del Barrio.

Desde entonces, señaló que se ha producido un importante cambio en la forma de hacer publicidad de estas mercancías para no caer en la legalidad.