El grupo europeo de la Federación Internacional de Periodistas (FIP) se dirigió la pasada semana al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y a los grupos políticos de la Eurocámara y les solicitó en sendas cartas que se comprometan a adoptar urgentemente medidas para defender a las empresas periodísticas del acusado descenso de la publicidad.

La FAPE explica en un comunicado que, en representación de sus 14.000 asociados, se une a la reclamación de soluciones efectivas formulada por la FEP y solicita a los partidos políticos que las tengan presentes en sus programas electorales al Parlamento Europeo, que se celebrarán el próximo 7 de junio.

En las misivas, el presidente de la FEP, Arne Koening, urge a actuar en favor de la profesión "antes de que sea demasiado tarde", ya que el periodismo es "un puntal de la democracia europea" y tiene tanto derecho o más a ser protegido que los bancos o las compañías automovilísticas que han recibido billones de euros.

"La democracia", señala en su escrito, "requiere una información fiable como un bien público. Esto implica que necesitamos gente y recursos para producirlo y ponerlo en circulación. El periodismo y sus profesionales deben ser protegidos y animados a desarrollarse".

DECLARACIÓN DE SEVILLA

Desde su toma de posesión en septiembre de 2008, la presidenta de la FAPE, Magis Iglesias, ha insistido al Gobierno español sobre la necesidad de "un plan estatal para librar al periodismo de las garras de la crisis".

La Declaración de Sevilla, rubricada el pasado 14 de marzo por las 48 asociaciones federadas en FAPE, hace un llamamiento expreso a las administraciones para que arbitren las ayudas públicas demandadas por los empresarios, siempre que estén condicionadas al mantenimiento de los puestos de trabajo de los periodistas.

"Es preocupante que las regulaciones de empleo puedan afectar a la calidad de los productos informativos en la medida en que los descapitalizan profesionalmente", subraya la declaración.

Entre junio de 2008 y abril de este año, un total de 2.221 periodistas españoles han perdido su puesto de trabajo como consecuencia de la coyuntura económica.