En un reportaje publicado por la revista "Tráfico", de la DGT, José Duso explica que este tipo de fenómenos tienen en común la presencia de una muchacha que hace auto-stop en un paraje donde la carretera es especialmente peligrosa.

"La chica de la carretera", que suele "presentarse" en noches de intensa lluvia ataviada con un ligero vestido, advierte al conductor que la ha recogido que extreme la precaución en la curva siguiente: "¡Tenga cuidado, que en esa curva me maté yo!".

Sorprendidos por el testimonio de la joven, los conductores quedan atónitos al comprobar ue la muchacha ha desparecido del coche sin dejar rastro. No obstante, José Dueso matiza que la historia no tiene que ser necesariamente así, ya que se han registrado casos similares en pleno día y en verano.

Asimismo, señala que es un misterio imposible de resolver. "En esencia, es el personaje principal de un mito que se ha extendido y ramificado, a través de numerosas leyendas, a lo largo y ancho de todo el mundo civilizado".

Dueso explica que muchos consideran que es un fantasma benévolo que a regresado del más allá para evitar que otras personas mueran en la carretera. Para otros, se trata de una simple alucinación convertida en psicosis.

José Dueso subraya que es un fenómeno muy extendido por todo el país. Uno de los casos más significativos es el de la "aparecida de Itziar". A principios de la década de los ochenta, los casos de apariciones en la zona del bajo Deba (Guipúzcoa) se multiplicaron, trascendiendo al resto de la geografía española.

Otros de los casos más significativos on los de Bascara (Gerona) y Rabassada (Barcelona). Merece mención especial el caso del "motista descabezado", que circula por las carreteras norteamericanas desde que una maquina cosechadora le degollara de forma involuntaria.