Según explicó hoy a Servimedia el presidente de la Asociación Empresarial de Pastelería Artesana (Aepa), Salvador Santos Campano, muchas familias cambiarán este año el roscón artesanal por el industrial debido al incremento del precio de los serviciso básicos (transporte, agua, hipotecas, luz, etcétera) y de la inflación.

El precio de un roscón artesanal ronda los 18 euros por kilogramo; más del doble de lo que cuesta uno industrial.

Según Santos Campano, la diferencia no radica sólo en el precio, sino tambien en la calidad de los productos empleados: la fruta escarchada, el granillo (se cambia la almendra por cacahuetes), el relleno, el agua de azahar (se elimina en algunos roscones indutriales), el licor e, incluso, la sorpresa.

Además, mientras que los roscones artesanales son recientes, y hay que "hacer cola" para comprarlos, los industriales, que venden mayoritariamente los grandes almacenes, "llevan hechos desde el verano y se congelan. Algunos, incluso, pueden conservarse fuera de la nevera aunque lleven nata, porque no es nata de verdad, sino química, y llevan conservantes", apuntó el presidente de Aepa.

Insistió en que el precio de los roscones no va a aumentar este año, a pesar de lo cual, muchas familias preferirán pagar menos, ante el alto nivel de endeudamiento de las economías domésticas.

Más del 50% de las ventas de este producto se concentrarán mañana sábado y el día 6. El resto, se reparte entre los días previos y, sobre todo, los posteriores, a lo largo de enero.

Sólo en Madrid, se prevén ventas de 2,5 millones de kilos de roscón, entre mañana y el domingo.

En cuanto a las preferencias de los españoles, el 65% de los roscones que se venden no tienen relleno. El 35% restante lleva nata y, en menor medida, crema o chololate.