"En términos de la renta del hogar, el ahorro previo necesario para hacer frente a los pagos iniciales se ha duplicado en los últimos seis años, alcanzando en la actualidad el nivel máximo disponible", dice el Banco de España en su último informe sobre indicadores de accesibilidad y esfuerzo al mercado de la vivienda.

Para lanzarse a la compra de una vivienda, tanto nueva como de segunda mano, el comprador debe tener ahorrado, al menos, el 20% del total del precio del piso para poder hacer frente a los primeros gastos.

Las entidades financieras condecen generalmente el 80% del precio final de la vivienda, lo que obliga a tener un remanente para enfrentarse a los pagos previos a la hipoteca.

Por otra parte, recuerda la entidad que preside Jaime Caruana, es preciso reservar un 10% del precio de compra para satisfacer la labor de la gestoría, la notaría, los actos jurídicos documentados y los impuestos indirectos (el 7% del precio de escrituración).

Estos impuestos y gastos adicionales no han tenido una variación reseñable en los últimos seis años, pero el incremento del precio de la vivienda ha inflado este montante.

Con todo, el Banco de España considera que las familias españolas deben dedicar al pago de vivienda aproximadamente un 30% de su renta, si bien destaca que no hay que ignorar precisamente el esfuerzo del desembolso inicial, que también se ha elevado notablemente.