Antes de dar comienzo al acto, los reyes y los príncipes se acercaron a la tribuna donde estaban los familiares de los fallecidos. El rey se aproximó a un hombre que le entregó un CD con fotos de los militares muertos en el accidente del YAK-42.

Este hombre, hermano del capitán Santiago Gracia Rollo que falleció en el accidente del Yakolev en Turquía en 2003, dijo después a los periodistas que había entregado este disco al rey con la intención de que conozca el dolor que sufren los familiares. En el CD aparecen fotografías de algunos de los fallecidos, imágenes del funeral en Torrejón y de los actos en Turquía.

A su llegada, los reyes y los príncipes fueron recibidos por el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, y el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el general Félix Sanz Roldán. Seguidamente, el Rey recibió honores y pasó revista a la companía mixta formada por los tres Ejércitos y la Guardia Civil.

ALAS PARA 124 FALLECIDOS

Alonso pronunció un discurso en el que quiso mostrar la "condolencia y el reconocimiento de los españoles" así como la "gratitud de las gentes de los países en los que ayudaban".

"Lo primero que quiero pedirles es perdón", dijo el ministro a las familias, "perdón por el dolor que inevitablemente revivimos ahora. Pero comprobar, frente a ese dolor, que se trata también de un acto de consuelo y de solidaridad. El consuelo que pueda traernos su memoria, el hecho de rememorarles con afecto, la intención de perpetuarles por sus nombres inscritos para siempre en este lugar".

El titular quería trasladar a las familias que "sientan, sobre todo, la condolencia y el reconocimiento de los españoles, la gratitud de las gentes de los países en los que ayudaban, porque así nos lo manifestaron y porque, con los españoles, de corazón, también sufrieron su pérdida".

En la escultura "in memoriam a quienes dieron su vida por la paz en misiones internacionales de las Fuerzas Armadas de España", del artista Martín Chirico, aparecen los nombres de personas del Ejército de Tierra, de la Armada, del Ejército del Aire, de los Servicios de Inteligencia y de la Guardia Civil.

Según Alonso, "todos aceptaron el riesgo de su oficio y su misión" y ahora les "recordamos juntos y quisiéramos que este recuerdo a todos, en común, sirva de mayor consuelo a cada uno. No podremos evitarles el dolor de su ausencia, pero sí que debemos hacer justicia a su memoria".

El monolito, que representa unas alas abiertas de más de 8 metros de altura, sirve de homenaje a los fallecidos en la misiones de paz que se iniciaron con la intervención en Guinea en 1987, hasta la muerte más reciente, la del Cabo 1º Javier López Peláez, que falleció en Kosovo el pasado 11 de abril, "exactamente el mismo día" en el que Alonso accedió al Ministerio de Defensa.

El ministro concluyó con una palabras de aliento a los familiares: "descansen en paz nuestros soldados, y que vivos perduren su recuerdo y su ejemplo entre nosotros".

Los más de 500 familiares que se congregaron despidieron a los miembros de la Casa Real con un aplauso, después de que la gran mayoría de ellos no cesaran de llorar durante el acto.

Además, en al acto acudieron las autoridades civiles y militares del Ministerio de Defensa y el alcalde de Madrid, Albero Ruiz-Gallardón.