El pasado sábado, tras confirmarse el asesinato de la joven madrileña Anabel Segura, secuestrada en abril de 1993, cerca de un millar de personas se manifestaron por tercera vez desde que desapareció Sonia Rubio para recordar este suceso, rodeado de extrañas circustancias.

Sonia Rubio falta de su domicilio desde que la noche del 2 de julio se despidió de una amiga, en un paseo de la población cotera de Benicasim, a la salida de una discoteca. La joven, según relató su amiga, dijo que se dirigía hacía un apartamento de playa familiar, a un kilómetro de distancia, pero no llegó nunca a ese destino.

Un familiar de la joven castellonense declaró que, aunque las circunstancias de los casos de Anabel Segura y de Sonia Rubio "son bien distintas, estamos bastante desanimados tras conocer el desenlaze de este caso de secuestro".