Según explicó en rueda de prensa Adriana Sanclemente, coordinadora del programa de Presos Españoles en el Exterior de la Fundación Ramón Rubial-Españoles en el Mundo, tanto la familia de Pablo, como esta fundación consideran que en los dos juicios celebrados hasta el momento ha habido errores procesales que hacen necesaria la celebración de un tercero.

Entre estos errores, Sanclemente citó el hecho de que en el primer proceso, celebrado en 1997, no se presentaran las pruebas de ADN del presunto asesino. Además, continuó, en la rueda de reconocimiento para que un testigo tratara de identificar al culpable, no estuvo presente el abogado de Pablo.

En el segundo juicio, en 1999, sí se presentaron las pruebas de ADN encontrado en la camiseta que cubría la cabeza del presunto asesino, pero no correspondía con el del español acusado, lo que no se consideró como una prueba fundamental, dijo la Coordinadora del Programa de Presos Españoles en el Exterior.

El asesinato del propietario de un local nocturno y de dos modelos ocurrido en Florida el 26 de junio de 1994 fue grabado por una cámara de seguridad instalada en el domicilio donde se produjo el crimen, lo que permitió ver por un momento la cara del asesino, que durante el resto del tiempo la llevaba cubierta con una camiseta.

Basándose en este vídeo, acusan a Pablo Ibar del triple asesinato, algo que, según Sanclemente, no es justo, ya que "resulta difícil poder identificar a nadie" en esa imagen y porque "el mismo tribunal de Florida admite que hubo muchos errores en el juicio y que Pablo no tuvo una defensa adecuada".

Tras el segundo juicio, Pablo Ibar fue condenado a muerte el 28 de agosto del año 2000, por lo que su familia trata ahora de eludir esta condena y propiciar la celebración de un nuevo juicio sin errores de proceso.

Para poder celebrar otro juicio, la familia debe costear los honorarios de otro abogado, por lo que vuelve a pedir la ayuda de los españoles que, hasta ahora, siempre han respondido muy bien, según Michael Ibar, hermano del acusado, quien agradeció el apoyo recibido en España desde 1994.

Por otra parte, la familia de Pablo tiene pensado entrevistarse esta semana con representantes de los ministerios de Justicia y de Exteriores, así como con miembros del Senado, institución que, dicen, siempre les ha apoyado.

Además de Pablo Ibar, hay otros dos españoles condenados a muerte en este momento (uno en Yemen y otro también en Florida), si bien su situación está parada, ya que el rey y el Gobierno español han intercedido en sus casos pidiendo clemencia para ellos.