Según han señalado uentes de la Jefatura Superior de Policía, un empresario de la contrucción denunció el pasado día 16 en la comisaría de Alcorcón (Alcorcón) haber recibido una carta mecanografiada en la que, en nombre de ETA, le exigían 27 millones de pesetas.

Esta cantidad debía prepararla en billetes de 10.000 y 5.000 pesetas, introducirla en una bolsa de basura de color negro y depositarla al lado de una señal de tráfico indicadora del kilómetro 21 de la carretera N-401 en dirección de Madrid a Toledo, a las 4 de l tarde del día 18.

Al día siguente, otro empresario denunció en la comisaría de Alcobendas un aviso similar, exigiendo la entrega de 23 millones de pesetas, que debía ser entregada el mismo día que en el otro caso, pero una hora antes.

Ante la sospecha de que ambos comunicados eran obra del mismo individuo, funcionarios de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid montaron un dispositivo y siguieron las instrucciones del supuesto terrorista, preparando las bolsas pero con dinero simulad.

El día señalado para la entrega de los paquetes, un policía depositó los paquetes con el dinero falso en el punto señalado, a las tres de la tarde. Una hora después, una furgoneta de color blanco se paró en el lugar y su único ocupante, tras agacharse para observar los bajos del automóvil, recogió las bolsas.

Tras depositar los dos bultos en el maletero de la furgoneta, el individuo arrancó a toda velocidad en dirección a Toledo y tomó la desviación a la localidad madrileña de Parla.

MANOS ENLA MASA

Los agentes que seguían al supuesto terrorista interceptaron la furgoneta en una calle de esa localidad y detuvieron a su conductor con las dos bolsas, que admitió ser el autor de los escritos que exigían las cantidades de dinero.

Francisco J.A. explicó en comisaría que unos años antes había sido propietario de una excavadora y realizó trabajos para ambos industriales, que al parecer no le habían satisfecho el importe de los mismos.

Agobiado económicamente, el extorsionador decidió ecribir los mensajes como venganza y para poder salir de esta situación. Francisco J.A., que carece de antecedentes policiales, entregó de forma voluntaria la máquina de escribir con la que confeccionó los escritos y que tenía en un almacén de su propiedad.