La doctora María Victoria Gil declaró hoy, en el juicio que sigue la Audiencia Provincial de Guipúzcoa contra José Luis Fernandez Rivas, no ener "odio" al inculpado, aunque en aquella situación, según dijo, "pasé el mayor susto que me he llevado en mi vida".

La jefe del servicio de planificación familiar del ambulatorio del barrio donostiarra de Gros aseguró que Rivas, que en aquel momento sustituía al doctor Fernandez Goñi, le obligó a realizar la cesárea cuando era médico residente en el hospital, porque le dijo que "tenía la costumbre de que los residentes hicieran manos", a pesar de la negativa de la doctora.

Victoria Gil señaló ue "el falso ginecólogo", que en aquellos momentos debía de haberla ayudado, no hizo más que "estorbar en el campo de operaciones". A partir de aquella situación, calificada como "incómoda", la mujer evitó cualquier coincidencia con Fernandez Rivas.

Asimismo, señaló que durante su trayectoria profesional ha tenido que atender a pacientes de Rivas a las que tuvo que "rectificar los diagnósticos y tratamientos" que aquel les había aplicado.

Gil afirmó también que cuando sustituyó al "falso ginecóloo" en la jefatura del servicio de planificación familiar en el ambulatorio, "prescindí de todo el trabajo de Rivas y empezé de cero".

Otra de las testigos presentadas por la acusación declaró que Rivas no puso impedimentos a que ella realizara un viaje cuando se encontraba embarazada y con algunas molestias, a consecuencia del cual presuntamente perdió a su hijo y la causó un grave trauma. Esta decisión de Rivas fue calificada como "desaconsejable" por los médicos que atendieron a la mujer cuando fue ngresada en un centro de Logroño.