Fuentes de la Comisaría de Policía indicaron a Servimedia que no se descarta ninguna de las hipótsis que se barajan como causantes del incendio, aunque apuntaron la posibilidad de un fallo en la instalación eléctrica.

Por su parte, fuentes de la Delegación del Gobierno en Castilla y León señalaron que, si bien las competencias en la concesión de licencias de apertura de establecimientos de espectáculos fueron transferidas al Gobierno autónomo en octubre de 1994, se tiene constancia de que este local cumplía todas las medidas de seguridad preceptiva, contando con dos puertas de salida, una de ella de emergencia, extintores, mangas de riego y un sistema de detección de incendios que funcionó el pasado domingo e hizo saltar la alarma que avisó a los bomberos.

El responsable de Protección Civil de Valladolid, Javier Prieto, manifestó que cuando las medidas de seguridad se cumplen, como en este caso, "el peligro disminuye, pero este tipo de siniestros son inievitables".

Las versiones de los testigos presenciales del suceso son contradictorias, ya que algunos de ellos afirman que el incendio fe provocado por un cliente del establecimiento, que prendió fuego a un elemento decorativo, mientras que otros sostienen que el siniestro se debió a un cortocircuito.

Los cuerpos de los cuatro fallecidos han sido enterrados hoy. Al funeral de los dos bomberos, José Luis Vidal, de 39 años, y Juan Carlos Matarranz, de 34, que se celebró enn la iglesia de San Benito, en Valladolid, asistieron miles de personas, entre las que se encontraban representantes de algunos cuerpos de bomberos de nuestro país.

Cuatro personas continúan hospitalizadas, una de ellas en estado muy grave. El Ayuntamiento de Valladolid ha decretado dos días de luto.