Según un estudio de DBK, la apertura de un menor número de residencias, la dificultad para mantener el nivel de ocupación en determinadas zonas y la creciente rivalidad de precios explican esta ralentización.

El número total de plazas en residencias, incluyendo públicas y privadas, a finales de 2005 se situó en 294.546 a finales de 2005, un 4,8% más que en 2004. De ellas, el 72,4% (213.368 plazas) correspondió al ámbito privado, y el 27,6% a residencias públicas.

Según DBK, las plazas concertadas con la Administración Pública fueron las que sostuvieron el crecimiento de las residencias de la Tercera Edad, al incrementarse un 11% y situarse a finales de 2005 por encima de 47.000.

Frente a esto, en 2005 el incremento de plazas privadas apenas superó las 10.000, frente a las 14.700 de 2003 y las 15.000 de 2007. Además, en el año 2005 apenas se superaron las 40 nuevas residencias frente a los incrementos de 150 y 100 residencias en 2003 y 2004.

Por otra parte, a finales de 2005 el número total de residencias en funcionamiento se situó en 4.770, unas 75 más que en 2004. De este total, 3.721 eran residencias privadas (2.540 de iniciativa mercantil y 1.093 de iniciativa social) y 1.049 públicas.

Los cinco primeros operadores (Grupo Ballesol, Mapfre Quavitae, AMMA-Gerogestión, Grupo Sar y Sanitas Residencial) reunieron en 2005 una cuota conjunta sobre el valor total del mercado del 10,4%. Así, el sector sigue presentando una alta atomización, dominado por compañías de pequeña dimensión que explotan un único centro, aunque existe un creciente grado de concentración con grupos con vocación de expansión en diversas zonas geográficas.

En opinión de DBK, "el mantenimiento de la tendencia de crecimiento del concierto público permitirá a los grandes grupos consolidar sus planes de expansión, al mismo tiempo que los pequeños operadores encontrarán mayores dificultades para la supervivencia, en un clima de mayor rivalidad".