La producción bruta fue el año pasado de 5.05 millones de pesetas, frente a los 5.694 millones de 1991, pero al aplicar la reducción de la inflación en el sector alimentario (4,02 por ciento) la facturación cayó en el porcentaje mencionado.

Por su parte, como ya informó Servimedia, el déficit comercial agroalimentario aumentó en un tercio en 1992, ya que se situó en 261.084 millones de pesetas, frente a las 196.076 millones, lo que representa una tasa de cobertura del 70,2 por ciento.

Arturo Gil calificó esos resultados como "malos" y expicó que corresponden a la pérdida de competitividad general de todas la empresas del país: "hemos perdido la competitividad con Europa y no parece que podamos recuperarla a corto plazo", aseguró.

Gil afirmó que los eventos del 92, aunque beneficiaron a otros sectores, perjudicaron a la industria alimentaria, ya que "la gente como y bebe cuando lleva una vida normal, pero en las concentraciones masivas se produce un efecto negativo".

Por su parte, el secretario general de la FIAB, Jorge Jordana, slicitó a la Administración que copie a los países con industrias competitivas, como Holanda, Francia y Alemania, con la creación de institutos oficiales de apoyo.

Asimismo, denunció que las empresas que habían presentado planes de expasión en mercados extranjeros al ICEX (Instituto de Comercio Exterior) en 1992, en noviembre todavía no sabían si iban a recibir o no las ayudas solicitadas.

También pidió un trato especial para las industrias que reciben por sus ventas un 3 por ciento de IVA, pero tenen que pagar a proveedores al 6 ó al 13 por ciento.

Para este año, el vicepresidente de la CEOE, Arturo Gil predijo que los resultados continuarían en la misma tónica que en el año pasado, y que la destrucción de empleo en el sector sería similar al de otras empresas, lo que supone por su importancia en el PIB un 7 por ciento sobre los 400.000 parados previstos, es decir, 28.000 empleos.