Las compras de crudo representaron un 7,3 por ciento de las importaciones realizadas por España en ese ejercicio, por un 8,37 por cien que supusieron en 1990, como consecuencia de la estabilidad de los precios del petróleo y depreciación del dólar frente a la peseta.

El petróleo fue la cuarta partida importadora de la economía española, por detrás de las comprs de maquinaria, las de automóviles y las de productos químicos, que supusieron el 15,5, el 10,6 y el 8 por ciento del total, respectivamente.

De estos tres, el sector del automóvil es el único que tuvo una balanza comercial favorable, ya que sus exportaciones superaron a las exportaciones, al totalizar 1.345.574 millones de pesetas, lo que supuso el 21,6 por cien de las ventas españolas al exterior.

En el capítulo exportador, sólo dos sectores empeoraron los resultados obtenidos en 1990, el mineo y cementero, y el del calzado, en tanto que los mejores resultados fueron los del sector automovilístico y el agrícola.

No obstante, el sector agrícola registró una balanza comercial desfavorable de 196.079 millones de pesetas, como consecuencia de unas importaciones de 1.183.883 millones y unas exportaciones de 987.804 millones.

EL PEOR, EL CALZADO

El calzado registró la mayor caída de las exportaciones, al pasar de 154.580 millones de pesetas en 1990 a 140.214 millones en 1991, con un desceso del 9,3 por cien, que confirma la crisis por la que atraviesa este sector.

Al mal resultado de las exportaciones unió el mayor incremento sectorial de las importaciones, de un 57,5 por ciento, ya que las compras de calzado al exterior pasaron de 21.643 a 34.105 millones de pesetas.

Otro sector que ha experimentado una visible pérdida de cuota de mercado es el textil, con unas importaciones de 615.703 millones de pesetas y unas exportaciones de 304.641 millones, y unos incrementos respectivos dl 23,6 y el 1,1 por cien.