Este crecimiento supone una desaceleración respecto a años anteriores en los que se habían registrado aumentos del 60-70 por cien en la facturación cedida.

La actividad de las compañías de factoring se resume en adquirir y gestionar el cobro de facturas de clientes, con la posibilidad de adelantar el dinero o asegurar su cobro, a cambio de una comisión. Estas facturas suelen comportar alguna dificultad en su cobro o unos plazos dilatados.

El aumento de la morosidad y e crecimiento de los impagados no ha tenido como consecuencia un aumento de los volúmenes de negocio del factoring "sino todo lo contrario". A pesar de que efectivamente ha aumentado la demanda de los clientes, las compañías de factoring "se han visto obligadas a mantener una actitud muco más cauta y de control de los riesgos", ha señalado Gallardo.

Las compañías de factoring han seguido en 1993 criterios más rigurosos de solvencia en cuanto a la empresa a cobrar, alertados por las estadísticas que ponne de manifiesto un creciente número de quiebras y suspensiones de pagos, y presionados por la actitud en este sentido del Banco de España.

Los resultados de los meses de enero y febrero no dan opción a esperar un cambio de tendencia en 1994. Según Gallardo, "este año vamos a seguir una evolución similar a la del pasado año y sólo cabe prever un retorno a los crecimiento de años anteriores a partir de 1995".