En declaraciones a Servimedia, Vives explicó que en los últimos años, en los que ha aumentado de manera importante la población inmigrante, vienen detectando que cada vez son más las personas de este colectivo que se acercan a los concesionarios para interesarse por la compra de un vehículo.

Según Vives, esto se produce sobre todo en las zonas de extrarradio de las grandes ciudades. Explicó que los inmigrantes se interesan y compran los vehículos más básicos y de mayor antigüedad; y en muy pocas ocasiones adquieren un coche nuevo.

"Esta gente tiene cierta capacidad de ahorro, porque gastan sólo lo estrictamente necesario. Primero se compran entre varias familias un piso y luego se compran un coche", afirmó.

Vives cree que el proceso de regularización de inmigrantes en marcha reactivará el mercado de segunda mano, aunque dijo que es muy difícil medir este efecto. "No podemos calibrar en qué medida, pero favorece (las ventas de coches usados), sin ninguna duda", afirmó.

Según Vives, antes los coches usados de más antigüedad se depreciaban mucho y tenían muy mala salida, de manera que la mayoría se achatarraban, y "ahora mismo esta gente es a lo único a lo que puede acceder y están empezando a tener cierta salida, sobre todo los vehículos del centro del país, que están mejor conservados de chapa".