En un comunicado, Anfac señala que se trata de una "excusa" medioambiental, puesto que los fabricantes han logrado reducir las emisiones de los vehículos diésel en un 90% en los quince últimos años.

Según los cálculos de Anfac, hoy en día son necesarios 100 coches nuevos para producir las mismas emisiones que produce un único vehículo fabricado en la década de los 70.

"El incremento de la fiscalidad, en el caso de que se produjera, unido a la posibilidad de que las Comunidades Autónomas puedan subir hasta un 15% el impuesto de matriculación recientemente aprobada, supondría un importante aumento de la presión fiscal para los automovilistas", lamenta Anfac.

Finalmente, Anfac solicita al Gobierno que suprima el impuesto de matriculación, por tratarse de una práctica que se está llevando a cabo en muchos países de la UE, tal y como ha recomendado en varias ocasiones la Comisión Europea.