Jordana argumentó que el impuesto especial, que supondrá un incremento del 10% en el impuesto que grava estos productos, "penaliza directamente al consumidor", sobre todo, a aquéllos con menor poder adquisitivo, y resulta "inútil" para combatir el consumo indebido en nuestro país, "dado que se producirá una sustitución por otros más baratos".

El representante de FIAB acusó al Gobierno de utilizar argumentos "falsos" cuando alega que "la medida resulta coherente con la finalidad perseguida, ya que incide sobre productos cuyo consumo puede ser nocivo para la salud".

Así, hizo hincapié en que no es lo mismo alcohol y tabaco, que también se verá afectado por la iniciativa, en su caso, en un 5%.

Según aseguró, existe un consenso científico internacional, reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en considerar que el consumo moderado de alcohol por adultos sanos tiene un efecto positivo en la salud cardiovascular.

Insistió en que "no hay alimentos buenos o malos", sino "dietas correctas e incorrectas". En su opinión, los problemas ligados al consumo de bebidas son debidos a un uso "abusivo", no a las bebidas con contenido alcohólico en sí.

Para Jordana, el Ejecutivo "miente" igualmente cuando esgrime, en defensa del incremento de impuestos, que "el propio gasto se reduce en la medida en que el consumo de dichos productos se desincentiva".

A su juicio, "los países que tienen más carga impositiva, donde el alcohol es menos accesible, son los que registran mayores casos de alcoholismo entre su población".

Además, se refirió a la hostelería y a la práctica del "botellón" y advirtió de que la iniciativa, que provocará que las "copas" sean más caras, "encarrilará a la juventud a entrar en un consumo abusivo".

Finalmente afirmó que "la medida es inflacionista ya que el peso del precio de estas bebidas en el IPC es elevado, representando tanto como la carne de ave en el consumo doméstico", concluyó.