El texto que entró en el Senado tras ser aprobado por el Congreso de los Diputados el pasado 23 de oviembre no recoge variación alguna durante su trámite en ponencia y comisión en la Cámara Alta.

Tal y como sucedió en el Congreso, el ejercicio de los derechos de reunión, asociación, manifestación, sindicación y huelga por parte de los extranjeros irregulares centrará el debate esta tarde. Tanto el PSOE como CiU y CC han presentado enmiendas en este sentido.

El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, ha pedido al Gobierno un último esfuerzo para que se reconozca el ejercicio e estos derechos a los irregulares. De no hacerlo, Zapatero advirtió al Ejecutivo de que los socialistas no apoyarán la reforma.

Asimismo, sindicatos y asociaciones de inmigrantes han enviado cartas al presidente del Gobierno, José María Aznar, en las que le recuerdan su rechazo a esta reforma y en la que le piden un cambio de actitud del Ejecutivo, que condiciona el ejercicio de esos derechos a la obtención de un permiso de estancia o residencia.

Por su parte, el secretario de Estado para la Extanjería y la Inmigración, Enrique Fernández-Miranda, manifestó ayer su esperanza de que el PSOE apoye finalmente la ley, aunque no precisó si este cambio se debería a alguna concesión por parte del Gobierno en la futura legislación de extranjería.