Así lo precisó este lunes la iniciativa Hogar sin tóxicos en un comunicado en el que explicó que este organismo lanzó esta nueva advertencia a raíz de los recientes informes de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y de la Iniciativa Europea de Biomonitorización Humana HBM4EU y recordó que los bisfenoles son sustancias tóxicas presentes “fundamentalmente” en materiales en contacto con alimentos, como latas de comida y bebida.

En relación al bisfenol A, la Agencia Europea de Medio Ambiente subraya que esta sustancia “plantea un riesgo mucho mayor para nuestra salud de lo que se pensaba anteriormente” y que “deben tomarse en serio los resultados de estas investigaciones”, que alertan de que “existe un problema de salud actual por la exposición dietética al BPA, especialmente de los alimentos enlatados”, que resultó ser la fuente de exposición “más importante para todos los grupos de edad”.

A la luz de estos resultados, la directora ejecutiva de la AEMA, Leena Ylä-Mononen, demandó que se tomen “más medidas a nivel de la UE para limitar la exposición a sustancias químicas que suponen un riesgo para la salud de los europeos”, al entender que la regulación actual no ha servido para evitar que "la exposición de la población siga siendo demasiado alta, superior a los niveles que se consideran seguros”.

En este contexto, Hogar sin tóxicos puntualizó que la exposición al bisfenol A, incluso a muy bajas concentraciones, ha sido asociada a efectos negativos en el sistema inmunológico, así como en el neurodesarrollo, bajo peso al nacer, esterilidad, obesidad y enfermedad metabólica, riesgo de cáncer relacionado con hormonas o enfermedades cardiovasculares, entre otros.

Tras recordar que la EFSA acordó rebajar “20.000 veces el límite de exposición humana al bisfenol A que considera seguro.”, el director de la iniciativa Hogar sin tóxicos, Carlos de Prada, subrayó que, según la ciencia, “para sustancias de este tipo, que pueden alterar el equilibrio hormonal del organismo, no puede establecerse con claridad una concentración segura, por baja que sea”.

“Lamentablemente, en contra de lo que está pidiendo la Agencia Europea de Medio Ambiente, las presiones de la industria química han conseguido que la Comisión Europea posponga, y probablemente acabe haciendo fracasar, la necesaria y prometida reforma de la normativa de productos químicos, el llamado Reglamento Reach", abundó, convencido de que la reforma “debería ser urgente y servir para velar mejor por la salud de los ciudadanos frente a los bisfenoles y otras muchas sustancias tóxicas”.

SUSTITUCIÓN LAMENTABLE

En paralelo, la Agencia Europea de Medio Ambiente también denuncia la estrategia de “sustitución lamentable” con la que la industria “reemplaza” el BPA por “otros bisfenoles menos estudiados”, pero que, a su juicio, “pueden ser igual de dañinos”.

A este respecto, De Prada, criticó que, “cuando, tras más de 20 años de tardanza, por fin parece que se reconoce oficialmente que el bisfenol A entraña un riesgo serio para muchos millones de personas, muy por debajo de las concentraciones que antes se decía que eran ‘seguras’, las industrias han ido sustituyendo esa sustancia por otros bisfenoles que pueden causar efectos perjudiciales parecidos”.

Para Hogar sin tóxicos, esta “sustitución lamentable” hace que la población, “más allá de la apariencia de haber sido protegida, siga estando en realidad expuesta a los mismos o similares riesgos a través de otras sustancias parecidas”, si bien “podría remediarse si se evaluasen y regulasen las sustancias tóxicas por grupos de sustancias que, como muchos bisfenoles, se sabe que pueden generar efectos análogos”.