Este Indice de Tendencia de la Competitividad (ITC) en febrero contrasta con la última encuesta de opinión empresarial sobre las expectativas para la exportación que realiza periódicamente DHL-Gallup, en el que se afirma que los exportadores españoles han empeorado sus expectativas en el primer trimestre del año.

El Indice de Precios Relativos (IPR), que compara el coste de los productos españoles con los de los que tienen en los 16 países con los preferentemente compie España descendió un 0,4 por cien, a lo que no ha sido extraño el comportamiento de la inflación durante el primer trimestre, reduciendo las distancias que existían respecto a otros países de la OCDE.

Por su parte, las oscilaciones de la moneda española frente a las divisas de cada uno de nuestros principales competidores muestra que el descenso ha sido también del 0,4 por cien, en lo que ha influido la presión a la baja ejercida sobre la peseta en los mercados de cambios durante el segundo mes del ao, especialmente frente al dólar americano y el yen japonés, con depreciaciones del 2,5 y el 6,2 por cien, respectivamente.

Sin embargo, la competitividad en precios de los productos españoles que se venden en la CE ha mejorado menos que la media, con un descenso del 0,2 por cien.

La diferencia entre la relativa mejora de precios a la exportación y la negativa opinión de los empresarios reflejada en el trabajo de DHL-Gallup se debe al efecto nocivo que tiene sobre la actividad industrial y comercal la recesión económica, a la que los encuestados sitúan en la cabeza de causas por las que desconfían de sus expectativas exportadoras.

La devaluación de la peseta sigue siendo la primera de las medidas que reclaman los sondeados como vehículo para recuperar su actividad exportadora, que prefieren canalizar hacia países de la CE, así como hacia Estados Unidos, Canadá, Sudamérica, Japón y extremo Oriente, por este orden.

Junto a la devaluación de la peseta, los empresarios demandan, según el estdio, una mayor información de los mercados, presencia en ferias y nuevas medidas de carácter financiero centradas en la reducción de los tipos de interés y de la presión fiscal.