EXPERTOS DE LA UNIVERSIDAD DE JAÉN DESCUBREN QUE EL ACEITE DE OLIVA PREVIENE INFECCIONES
- La investigación revela que este producto evita la aparición del efecto inmunosupresor en el organismo
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Un grupo de científicos del área de Microbiología de la Universidad de Jaén (UJA), dirigidos por Gerardo Álvarez de Cienfuegos, ha descubierto el efecto protector del aceite de oliva en la prevención de infecciones producidas por microorganismos.
La investigación destaca las ventajas de este producto frente a otros tipos de grasas presentes en la dieta cuando se trata de prevenir enfermedades en las que interviene el sistema inmune. El proyecto ha sido incentivado a través de un convenio firmado por la Fundación Citoliva y la UJA, según informa la Junta andaluza.
Estos investigadores han demostrado que el aceite de oliva y el de pescado, rico en ácidos grasos omega-3, tienen la cualidad de prevenir la aparición de enfermedades cardiovasculares, pero sólo el aceite de oliva evita la aparición del efecto inmunosupresor frente a las infecciones bacterianas, que caracteriza a las dietas ricas en lípidos de la serie omega-3.
Para llegar a esta conclusión, los científicos han administrado a diferentes grupos de ratones dietas con aceite de oliva, de maíz y de pescado. Después le han inoculado una bacteria patógena, tanto para los ratones como para los humanos (listeria monocytogenes).
A continuación, han comparado el tiempo de supervivencia de estos animales y han determinado los diferentes parámetros pertenecientes a los mecanismos de defensa.
Los resultados de esta investigación muestran que los ratones que han tomado aceite de oliva, a diferencia de los roedores del grupo que había sido alimentados con aceite de pescado, no presentan una disminución importante en sus mecanismos de defensa frente a la infección bacteriana.
Además, su tasa de mortalidad es significativamente menor que la de los ratones alimentados con aceite de pescado, incluso muchos de los ratones alimentados con aceite de oliva han sobrevivido a la infección.
Posteriormente, los investigadores han analizado los mecanismos por los cuales se produce el efecto supresor de los mecanismos de defensa frente a las infecciones bacterianas en ambos grupos experimentales. Para ello, han observado la respuesta inflamatoria, que es uno de los mecanismos de defensa del organismo cuando se produce una infección.
Este proceso se activa cuando las células y tejidos afectados liberan una serie de sustancias que atraen a células defensoras procedentes de otros lugares del cuerpo y, además, favorece que los vasos se dilaten para facilitar la llegada al lugar de la agresión de estas células, encargadas de la destrucción de las partículas agresoras.
En el caso de los ratones alimentados con aceite de pescado, la intensidad y calidad de esa señal de llamada y reclutamiento de células defensoras estaba muy disminuida.
Para comprobar si el efecto protector frente a infecciones podría mantenerse incluso en una situación de inmunosupresión, es decir, al aplicar determinados medicamentos para inhibir la actividad del sistema inmune, han diseñado un ensayo en el que grupos de ratones han sido sometidos a tratamiento con un agente supresor de la respuesta inmune, capaz de inhibir la potencia y la eficacia de sus defensas frente a infecciones.
Posteriormente, los han inoculado con la bacteria patógena. El resultado obtenido es que los ratones alimentados con una dieta que contiene aceite de pescado morían muy rápidamente, mientras que los que han estado alimentados con la dieta rica en aceite de oliva presentan tiempos de supervivencia muy altos.
Este trabajo ha demostrado que el aceite de oliva tiene, en lo que respecta al sistema cardiovascular, propiedades casi tan buenas como las del aceite de pescado, pero presenta una gran ventaja frente al aceite rico en ácidos grasos omega-3, dado que no disminuye los mecanismos de defensa frente a infecciones por microorganismos.
(SERVIMEDIA)
25 Jul 2008
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