En la jornada internacional celebrada en la sede de la Fundación ONCE sobre "Sordera y Salud Mental" organizada por la Confederación Nacional de Sordos de España (CNSE) y la Sociedad Europea de Sordera y Salud Mental (ESMHD), los participantes coincidieron en subrayar que el diagnóstico y tratamiento de las personas sordas que sufren un retraso mental requiere la adopción de medidas específicas.

En este sentido, el presidente de la CNSE, Luis Cañón, señaló que es necesario contar con profesionales que conozcan las características de la comunidad sorda y que dominen la lengua de signos, "ya que sin srvicios especiales de atención psicológica el diagnóstico no es el adecuado".

Por su parte, el director general del Hospital Gregorio Marañón, Alfredo Macho, enumeró alguna de las consecuencias de la insuficiente asistencia especializada para las personas sordas.

"La frecuencia de ingresos de personas sordas en psiquiatría es mayor de lo esperado, la duración de su estancia y del tratamiento se prolonga, los casos de diagnóstico erróneo son más frecuentes y el coste de recursos humanos y económics no se corresponde con los resultados que se obtienen", indicó.

Por otra parte, anunció que la Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid pondrá en marcha una unidad de investigación y asistencia psicológica y psiquiátrica para personas sordas.

En la jornada se dieron a conocer algunos datos sobre la incidencia de la sordera. Una de cada mil personas sufre problemas de sordera y la incidencia de trastornos mentales es 5 ó 6 veces superior a la existencia de trastornos psiuiátricos en el resto de la población oyente.

Según un estudio de la Comunidad de Madrid, de las 7.200 personas sordas que cuentan con el certificado de minusvalía en Madrid, un 7 por ciento necesitaría tratamiento psicológico o psiquiátrico.