Actualmente, ya se aconseja a las británicas que consuman suplementos de ácido fólico durante las primeras semanas de gestación, o en el periodo previo al embarazo, para reducir el riesgo de tener hijos con defectos del tubo neural.

Sin embargo, en el Reino Unido más del 50% de los embarazos no son planificados, lo que impide a muchas mujeres beneficiarse de esta medida preventiva. Cada año nacen en aquel país entre 500 y 600 bebés con defectos del tubo neural, que a menudo fallecen como consecuencia de ellos.

Algunos expertos se han opuesto a la propuesta del comité, porque el consumo de alimentos enriquecidos en ácido fólico puede enmascarar el déficit de vitamina B12.

Este tipo de anemia afecta principalmente a los ancianos, y en los casos más graves puede causar daños irreversibles del sistema nervioso, por ello el SACN ha recomendado medidas para mejorar la detección de esta dolencia, que permitan prescribir suplementos de vitamina B12 a los grupos de riesgo.

El enriquecimiento de la harina con ácido fólico es obligatorio en algunos países, como Estados Unidos, Canadá y Chile, donde se ha registrado un descenso en los defectos del tubo neural y en la incidencia de las enfermedades cardiovasculares, tras la introducción de esta disposición.