También el director del Instituto Nacional de Toxicología,José Cabrera, ha negado que exista relación entre la muerte de la chica y el pesticida del fruto que fue encontrado junto a su cuerpo.

Además la Asociación de Agricultores Valencianos considera "imposible" que alguien pueda morir por comer una naranja rociada de pesticida y el conseller de Agricultura de la Comunidad Valenciana ha declarado que "para morir, se debería de haber bebido el equivalente a dos litros del producto químico utilizado".

La muerte de la joven continua siendo una incógnita dspués de que se le haya practicado la autopsia. El catedrático forense de la Universidad de Sevilla, Luis Frontela, encargado del "caso Alcasser", en declaraciones a Onda Cero aseguró que "un buen médico tiene que buscar todos los indicios en la autopsia que puedan verificar si ha habido muerte natural o no".

Según Frontela, algunos de estos signos no se ven, si no se sabe "cómo y dónde buscarlos". El forense ponía el ejemplo de "una paliza con toallas mojadas" y aseguraba que al no dejar rastros en l persona puede parecer que ésta no ha recibido ningún golpe.

Frontela es partidario de la versión de la madre que durante el funeral de la joven dijo "a mi hija la han matado". Esta opción podría ser una hipótesis junto con muerte natural o suicidio. El caso por el momento está en manos del juzgado de Picassent(Valencia). Dentro de quince días el Instituto Nacional de Toxicología dirigirá al juez un informe sobre las investigaciones de la muerte de Rosa María I.A.

La joven desapareció de su casa l domingo tres de abril y fue encontrada muerta en un naranjal de Picassent el lunes por la noche. Los niños que descubrieron el cadáver avisaron a la Guardia Civil. La joven dijo que iba a telefonear a una cabina y esa fue la última vez que la vieron sus padres con vida. La llamada llegó a producirse. Rosa María I.A. habló con el padre de su novio y éste le dijo que el chico no estaba en el domicilio.