UN EXPERIMENTO CON UNA NIÑA DE 9 AÑOS PONE EN CUESTIONLA TERAPIA DE LAS MANOS
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Un experimento realizado con una niña de 9 años ha puesto en cuestión la validez de la "terapia de las manos", en la que supuestamente una persona manipula la energía que desprende el paciente con fines médicos.
Publicado en una de las más prestigiosas revistas médicas de Estados Unidos, este estudio ha provocado un gran revuelo entre la clase médica. Los doctores defensores de esta terapia niegan cualquier base científica al estudio.
Emil Rosa, hija de una enfermera y un inventor, realizó un experimento con 21 médicos que practicaban la terapia de las manos. El resultado: éstos no fueron capaces de determinar el campo de donde procedía la energía. Así lo recoge la publicación "Journal of the American Medical Association".
Este tipo de terapia es ampliamente utilizada para tratar dolores premenstruales, dolores de cabeza, quemaduras, fracturas de hueso, asma, problemas en el aparato reproductor, cáncer y sida. Sólo en Estados Unidos, 8 hospitales emplean este sistema y 100 colegios y universidades lo enseñan. En todo el mundo, 100.000 personas practican esta terapia. Sus defensores aseguran que cada persona desprende un campo energético que se puede detectar, alrededor de la piel, sin necesidad de tocar.
El experimento de Emily Rosa consistió en interponer una cartulina entre ella y el terapeuta. Con los ojos cerrados, éste debía identificar cuál de sus dos manos estaba más cerca de las de ella. Sólo el 44 por ciento de las veces ls 21 terapeutas acertaron.
Este experimento y la ausencia de estudios concluyentes sobre las propiedades médicas de esta práctica "sugiere que las ventajas de la terapia de las manos son infundadas y que su uso por parte de profesionales de la medicina no está justificado", concluye el estudio.
Sin embargo, Dolores Krieger, cofundadora de esta terapia, se ha mostrado asombrada por la publicación en la revista americana de este estudio. Además, asegura que éste no es representativo, dado el escasonúmero de personas con el que se realizó, por lo que le resta cualquier validez.
El redactor jefe de la revista, George D. Lundberg, ha declarado que la edad de la niña no es ningún inconveniente. "Es la calidad de la ciencia lo que cuenta", indicó.
(SERVIMEDIA)
02 Abr 1998
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