El sistema, conocido como piroplastia, está basado en la utilización del calor como elemento reductor de los sedimentos almacenados en las arterias y permite llegar al lugar de la obstrucción por una guía introducida por la femoral en el cuello.

La piroplastia mejora los resultados de la angioplastia, técnica no intervencionista utilizada en los hospitales occidentales, que rompe la placa por medio de una bomba que se dilata y contrae varias veces en el lugar obstruido.

Los estudio realizados hasta la fecha demuestran que la supervivencia de pacientes que han sufrido una angioplastia es superior a los que han sido tratados farmacológicamente.

Existen otras alternativas a la cirugía cardiovascular. "La punta lásser, que emite calor sobre la placa, pero que no la reduce suficientemente; la aterotomía, que introduce un rotor or la guía y perfora la placa; o el stent, unos soportes que son introducidos en el lugar de la obstrucción como solución intermedia a la intervención".

n opinión del experto, estas tecnologías son muy caras y es difícil que los sistemas públicos puedan financiar las variaciones que van saliendo al mercado.

"El año pasado", explicó, "se realizaron en España 6.500 angioplastias, mientras que en Francia fueron superadas las 20.000 y en Estados Unidos las 250.000. Sinceramente, no creo que nuestro país pueda alcanzar estas cifras".

El cirujano del Gregorio Marañón reconoció que hasta el momento en los hospitales nacionales no existe un protocolo quemarque las condiciones en las que un paciente debe o no ser intervenio o pasar por una angioplastía.