La ex novia de Amedo, que reiteró haber hablado "abiertament" con los procesados sobre su pertenencia a esta banda terrorista, aseguró que en julio de 1987 Michel Domínguez "vino a mi casa para preparar el atentado de García Goena".

La testigo relató que el propio subcomisario Amedo le anunció unos días antes de que se produjera el asesinato que iban a morir dos hombres "que no son de ETA". Poco después, los policías llevaron a su domicilio una bolsa, que escondieron debajo de la cama del dormitorio.

Esa misma noche, según el testimonio de Inmaculada, Ameo le dijo que el paquete era una bomba, "que había fallado por unos minutos y que la iban a volver a poner". Añadió que fue Michel Domínguez el que les enseñó el artefacto a ella y a Blanca Balsategui -la ex novia del inspector-, que se alojaba con él en el domicilio de Inmaculada.

Inmaculada Gómez afirmó que pudo percatarse de cómo fueron preparando el atentado y que vio cómo Domínguez explicaba al subcomisario el funcionamiento de la bomba, dibujándoselo en un papel, "que es el que se llevó Amedo paa contactar con la persona que la iba a poner".

Aseguró que estaba al tanto de los preparativos porque los policías esperaban llamadas. "Una vez hablaron en mi casa por teléfono en francés", explicó.

La testigo narró que el mismo día que Domínguez les enseñó la bomba, el inspector recibió por la noche una llamada de Amedo para que fuera a recogerle en un punto de la autopista de Bilbao con el explosivo.

"Michel se marchó fatal, temblando", dijo Inmaculada. "Nos había contado que iban a entrear la bomba en la frontera. Nosotras tratamos de disuadirle para que no lo hiciera, pero él repetía que Amedo era su amigo, que los jefes eran unos hijos de puta y le habían dejado solo".

Añadió que al día siguiente se enteró de la muerte de García Goena. "Posteriormente vino Michel y se notaba que estaba controlándome y sacaba información a Blanca. Mi estado de ánimo no les gustaba y notaron que estaba dejando de ser su amiga".

Luego tuvo un nuevo encuentro con Amedo y se produjo la ruptura, porue "este señor desconfiaba de mí, me hizo un interrogatorio policial en mi casa y me amenazó con una pistola para que no hablara".

REMORDIMIENTO

Inmaculada Gómez comentó que no se atrevió a recurrir a la policía para denunciar la presencia de la bomba en su casa y que fue el remordimiento de pensar que podía haber evitado la muerte de García Goena lo que le llevó a contactar con el periodista Melchor Miralles, para que investigara el caso.

La testigo explicó que José Amedo le comentó que las reaciones con sus superiores se habían deteriorado. A juicio de la acusación, éste fue uno de los motivos que impulsaron a los policías a perpetrar el atentado.

Inmaculada dijo que Amedo le habló por entonces de sus jefes, del comisario Miguel, del comisario general de información, Jesús Martínez Torres -que se negaba a recibirle- y del gobernador civil de Vizcaya, "aunque no me dijo el nombre".

Aseguró que en varias ocasiones oyó a los procesados hacer referencias a que no había dinero y que lo tedrían que poner ellos, así como haber escuchado a uno de los dos: "Lo que menos se imaginan esos hijos de puta es que vamos a conseguir el dinero".

Explicó también que el mismo día que Domínguez hizo un dibujo de la bomba que supuestamente mató a García Goena, encontró "un montón de dinero" en uno de los calcetines de José Amedo.

Por otra parte, la testigo declaró que la primera vez que habló abiertamente con el subcomisario de su pertenencia a la banda armada fue a raíz de un artículo publicado n "Egin", en el que se relacionaba a Amedo con los GAL.

Tras comentar con él lo que se había publicado, durante un viaje que realizaron juntos a Madrid en mayo de ese año, fue cuando su relación se estabilizó, según su testimonio.

"Me dijo que sus superiores le habían prometido ayudarle, que le sacarían de España y no sabía si le darían una embajada", añadió Inmaculada, que refirió también cómo esas promesas fueron reduciéndose a una cantidad de dinero (100 millones de pesetas).

"EL DINERO LE PDIA"

"Creo que se metió en los GAL porque era ambicioso; el dinero le podía", añadió, para posteriormente afirmar que incluso Michel Domínguez le dijo una vez que "por dinero mato a Felipe González".

La testigo refirió asimismo que el subcomisario usó las identidades falsas de Miguel Angel Moreno Romero y Genaro Gallego Galindo y que en numerosas ocasiones les oyó hablar de Jean Philippe Labade, "que era como el jefe de los mercenarios".

Confirmó además que Amedo le enseñó un periódico en elque venían numerosas fotografías de los mercenarios de los GAL, algunas de ellas -"los que habían sido contratados por él"- marcadas con un círculo.

Inmaculada, que en alguna ocasión calificó de "odioso" el comportamiento del subcomisario, manifestó que Amedo le comentó que había participado también en el atentado de Pérez Revilla, ocurrido en Biarritz en 1984, "y me dijo que disfrutó porque estuvo quemado un mes antes de morir, ya que le había sacado un ojo a un policía".

La testigo negó haber ralizado un montaje en colaboración con Herri Batasuna y negó cualquier relación con alguno de los miembros de esta coalición que no fueran las entrevistas que tuvo con Txema Montero, al que acudió como abogado.

Sobre la actitud de su amiga, Blanca Balsategui, comentó que siempre había estado preocupada por denunciar a Michel Domínguez, "porque le daba pena", y que últimamente le había comentado que estaba angustiada porque en el juicio no iba a pasar nada, los porcesados iban a recuperar su libertad ytemía represalias, lo que, según Inmaculada, explica las declaraciones que hizo a Antena 3 Televisión la pasada semana.