UN EX PRESIDENTE DEL BUNDESBANK DEFIENDE ABIERTAMENTE UNA EUROPA DE DOS VELOCIDADES SIN ESPAÑA

MADRID
SERVIMEDIA

El ex presidente del Bundesbank Karl Otto Poehl considera necesaria una Europa de dos velocidades para salvar el proceso de unión económica y monetaria, y estima que Alemania, Francia, los países del Benelux y Dinamarca deberían crear una "pequeña unión monetaria" de hecho sin esperar a los dmás.

Poehl formula esta propuesta en un artículo firmado que hoy publica la edición europea del diario Wall Street Journal bajo el título "Cómo salvar el Sistema Monetario Europeo".

El ex presidente del Bundesbank parte del convencimiento de que sería incompatible con el mercado único implantando el 1 de enero que nuevas monedas siguieran a la libra y la lira en el abandono del SME.

A su juicio, esto podría evitarse si los países que forman el 'núcleo' del SME, entre los que cita a Francia, lemania, el Benelux y "quizá Dinamarca" organizasen una "pequeña unión monetaria" con tipos de cambio de sus monedas irrevocablemente fijos y sin bandas de fluctuación.

Para Poehl, el "mayor obstáculo" para dar este paso es el Tratado de Maastricht y "las incensantes declaraciones de los gobernantes en el sentido de que no debe haber una Europa de varias velocidades, lo que no se volverá más convicente por mucho que se repita".

En su opinión, el Tratado de Maastricht "establece condiciones que nopueden posiblemente ser cumplidas por todos los países de la CE en 1997 ó 1999. Esto significa que la unión económica y monetaria de Europa casi con toda certidumbre no puede incluir desde el principio a todos los países de la CE, especialmente si se unen a ella nuevos estados en los próximos años, como se prevé".

El ex presidente del Bundesbank afirma, asimismo, que no tiene nada de particular construir Europa a varias velocidades, ya que "la integración europea en el pasado se ha hecho siempre a disintos ritmos. El mejor ejemplo es el propio SME", del que España no formó parte en sus comienzos.

Para Poehl, esperar a que se cumplan los plazos fijados en Maastricht es un error porque, a su juicio, nadie puede saber si los requisitos establecidos en inflación, déficit público y tipos de interés se cumplirán en 1997 mejor que ahora.

EN EL FILO DE LA NAVAJA

Poehl advierte que el futuro del SME está "en el filo de la navaja y con él el futuro de la integración monetaria en Europa" como consecuecia de la inestabilidad introducida por las tormentas monetarias de finales del año pasado.

A su juicio, la crisis pudo evitarse si todos los países hubiesen apoyado el realineamiento de las divisas del SME propuesta por el Bundesbank en el verano del 92, lo que habría favorecido además la bajada de los tipos de interés alemanes.

En su opinión, los gobiernos fueron incapaces de ponerse de acuerdo y "como tan a menudo ocurre, sucumbieron a la ilusión de que podían frenar la avalancha con las manosdesnudas y fuertes declaraciones".

En la situación actual, Poehl considera "de inmensa importancia tanto para la economía alemana, que se está encaminando hacia una profunda recesión, como para la integración monetaria de Europa, que se le dé al Bundesbank margen para iniciar un proceso de reducción sustancial de los tipos de interés".

Para ello, advierte, deben darse dos condiciones: un acuerdo entre los políticos alemanes sobre cómo pagar la unión germana y un crecimiento moderado de los salaris en el interior de este país. "Esto es necesario urgentemente para la economía, pero también para la estabilización del SME, o lo que queda de él", afirma.

(SERVIMEDIA)
01 Feb 1993
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