A consecuencia de este proyecto, la localidad onubense fue escenario durante más de año ymedio de graves incidentes que alteraron la convivencia ciudadana y dividieron a la población en dos sectores.

Recientemente, Antonio Romero declaró a Servimedia que aún no había decidido presentarse a la reelección, por entender que entre los vecinos todavía se respira un clima agresivo, promovido por un sector al que calificó de "malicioso".

"Estos vecinos no desean la paz y la convivencia, porque se mantienen en pie de guerra. Hay personas que están constantemente intentando armar follón", indcó el todavía alcalde socialista.

La decisión de sustituir a Antonio Romero fue adoptada ayer por la agrupación local del PSOE, que, de esta forma, según indicaron fuentes del partido, espera desbancar al Partido Popular, formación que a raíz de este conflicto incrementó considerablemente el número de militantes y el apoyo electoral en los últimos comicios autonómicos.

Las fuentes socialistas consultadas coincidieron con Romero en que la convivencia ciudadana aún no se ha restablecido tras la polmica que hace dos años desencadenó la intención de la Agencia de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía de instalar la planta de residuos.

A raíz del proyecto, un amplio sector vecinal se enfrentó a la corporación municipal, especialmente al PSOE, por ser la única fuerza política que apoyó la instalación del vertedero. Esta polémica provocó también la dimisión de numerosos concejales y el nombramiento de una comisión gestora municipal.