Damborenea, que afirmaba hace menos de un año que no tenía planes de volver a la política, fue secretario general de los socialistas vascos entre 1979 y 1989 y ejerció como presidente del Comité Federal del PSOE durante varios años.

Su postura crítica dentro del PSOE le llevó a fundar la corriente Democracia Socialista que, por su disidencia con las tesis dictadas por la Ejecutiva Federal del partido, acabó convirtiendose en una frmación política independiente, lo que motivó la expulsión de Damborenea en 1990.

A la cabeza de Democracia Socialista se presentó a las elecciones autonómicas vascas en octubre de 1990 en las que obtuvo 5.023 votos que fueron insuficientes para conseguir algún escaño en el parlamento autónomo.

En 1993, se volvió a presentar a las elecciones generales en Euskadi con la coalición Por un Nuevo Partido Socialista y tampoco obtuvo votos suficientes para tener representación parlamentaria.

Mientrs perteneció al PSOE, el ex dirigente socialista criticó con dureza al partido por entender que se estaban ocultando casos de corrupción y en especial arremetió contra el aparato por no poner sobre la mesa todos lo datos sobre el asunto "Juan Guerra".

En septiembre de 1990, Damborenea describía al PSOE como "un organismo en descomposición que ha perdido todo referente ideológico a cambio de seguir administrando el poder, dejando en la cuneta a quién no le interesa".

Hace nueve meses el ex ministr de Interior, José Barrionuevo, reivindicó el regreso de algunos ex dirigentes del PSOE que "fueron excluidos en el pasado" y que podrían ser importantes dentro del partido y citó entre ellos al antiguo secretario general de los socialistas vascos.

Entonces, Damborenea afirmó a Servimedia que "ni siquiera" consideraba estas palabras "como una oferta" y reiteró que "estoy muy bien como estoy, contemplo el panorama desde fuera y pienso seguir contemplándolo desde fuera, aunque nunca se puede decir que d este agua no beberé".