EVO MORALES INFORMARÁ DIRECTAMENTE A LAS EMPRESAS ESPAÑOLAS DE LOS CAMBIOS QUE LES AFECTEN
- Reitera ante Fernández de la Vega que habrá seguridad jurídica para las empresas que inviertan "solidariamente" en Bolivia, y augura acuerdo con Repsol
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El presidente de Bolivia, Evo Morales, se comprometió hoy con la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, a designar un interlocutor de su confianza encargado de mantener puntualmente informadas a las empresas españolas, incluida Repsol, sobre los cambios legislativos que afecten a sus inversiones.
Ambos lo anunciaron en una rueda de prensa tras reunirse en el Palacio presidencial de La Paz y después de asistir a la firma de la IX Comisión Mixta de Cooperación entre ambos países.
La vicepresidenta solicitó la designación de ese interlocutor haciéndose eco de una petición expresada por los expresarios españoles en Bolivia, con los que se reunió antes de acudir a la entrevista con Morales.
Fernández de la Vega considera que la información "veraz" proporcionada a través de una interlocución directa con el Gobierno boliviano contribuirá decisivamente a despejar dudas e incertidumbres que se han ido generando desde la campaña electoral de Morales y la posterior aprobación del decreto de nacionalización de hidrocarburos.
"CREAR PAÍS"
Las empresas españolas, tal y como expresó Fernández de la Vega a Evo Morales, tienen la voluntad "firme y decidida" de quedarse en Bolivia y de contribuir a "crear país" con sus inversiones, pero para ello necesitan garantías jurídicas y un marco político estable y democrático.
Con esa premisa, el Gobierno español confía en que las autoridades bolivianas lleguen a un acuerdo con Repsol después de unas negociaciones que están en curso y sobre las que ni Fernández de la Vega ni Evo Morales quisieron dar detalles, más allá de augurar un acuerdo.
Morales reiteró el mensaje que ya lanzó el pasado mes de enero tras reunirse en La Moncloa con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero: la nacionalización de hidrocarburos no supondrá "expropiación ni expulsión" de ninguna empresa.
El pueblo boliviano, aseguró, es consciente de que necesita las inversiones exteriores para alcanzar los retos de desarrollo y justicia social, y por ello quiere que las empresas se queden. La condición es que sus inversiones sean "solidarias", es decir, que contribuyan a ese desarrollo. "No necesitamos dueños, pero sí socios", insistió.
Evo Morales lo dejó claro: "Las empresas que solidariamente quieran invertir y crear trabajo acá en Bolivia, serán bienvenidas y tendrán seguridad jurídica".
AYUDAS PARA BOLIVIA
El Gobierno español apostó desde un primer momento por el diálogo con Bolivia y nunca quiso presionar utilizando la congelación de las ayudas previstas. De hecho, esas ayudas están encaminadas a lograr una mejor calidad de vida para los bolivianos y también a desarrollar su democracia, imprescindible para las inversiones.
Esa actitud fue agradecida hoy por Morales tras la firma de la Comisión Mixta por parte del ministro boliviano y de la secretaria de Estado de Cooperación española, Leire Pajín.
Ambos firmantes coincidieron en señalar como objetivo último la construcción de una Bolivia "digna, soberana, productiva y democrática", y a ello contribuirá España. Primero, con una inversión, ya este año, de 60 millones de euros dentro de un programa diseñado para cuatro años.
Además, los 100 millones de euros que Bolivia mantiene de deuda con España se condonarán o serán canjeados por proyectos de educación y sanidad. Ya se ha hecho con 27 millones, están en marcha otros 49 y quedan 24 pendientes de negociación.
España prestará apoyo también a Bolivia ante el proceso constituyente que se iniciará el próximo día 6 en la ciudad de Sucre, desde la propia experiencia de treinta años desarrollando una Constitución y un modelo territorial, tal y como señaló la vicepresidenta.
IGUALDAD DE LOS INDÍGENAS
El proceso constituyente ha sido impulsado por el propio Morales, pero la definición del modelo territorial boliviano será complicado porque la consulta popular arrojó una división del país en prácticamente dos mitades iguales.
Morales invitó expresamente a la vicepresidenta a permanecer en el país hasta el día 6 para asistir a lo que considera un momento histórico para Bolivia, la apertura de esa Asamblea, y utilizó un argumento sensible para la vicepresidenta.
Explicó que uno de los objetivos marcados por su Gobierno es erradicar la discriminación interna que existe hacia los indígenas y campesinos pese a constituir el 60 por ciento de la población, especialmente grave en el caso de las mujeres. Por ello, la Asamblea constituyente será presidida por una mujer indígena, Silvia Lazarte.
Ante la insistencia del propio Morales y de los periodistas bolivianos, la vicepresidenta se vio obligada a aclarar que "nada me gustaría más que poder quedarme y participar en este acto tan importante. Vamos a estar con el corazón pero, desagraciadamente, no vamos a poder estar físicamente".
La presidencia de esa mujer la empleó Morales para criticar a quienes dentro de Bolivia se niegan a "enmendar un error histórico" con las mujeres indígenas, y también utilizó contra la oposición interna el propio viaje de la vicepresidenta española.
Morales llegó a hablar de "guerra sucia" por parte de quienes aseguraban que la nacionalización de hidrocarburos acabaría con las ayudas y las inversiones que recibe Bolivia. La visita de Fernández de la Vega, dijo, es una muestra de que los países amigos comprenden y se suman "al proceso de cambio democrático" impulsado en esta nueva etapa.
Las conversaciones para encauzar la cooperación bilateral seguirán en Madrid, con la visita del vicepresidente boliviano y con un viaje de un grupo de técnicos que captarán experiencias de España en lucha contra la delincuencia y también en materia de Defensa.
(SERVIMEDIA)
02 Ago 2006
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