"Si a las comadronas no las penalizamos, al que ayuda a morir, que está haciendo otro parto, el parto al más allá, tampoc", dijo Pániker, quien declaró que "el dueño del propio cuerpo es uno mismo", por lo que recomendó que se haga una medicina "centrada en la voluntad del paciente".

En su defensa de la eutanasia, Pániker alegó que de lo que se trata es de ayudar a morir a aquella persona que lo desea porque vive en un estado "absolutamente intolerable y humanamente degradante".

Pániker calificó de "hipócrita" la distinción entre eutanasia activa y pasiva y señaló que quienes han inventado esta terminología técnica"han legislado sin saber muy bien de lo que hablaban, ya que desconectar un aparato es tan activo como dar una inyección letal, y a veces puede ser un acto más cruel, porque puede conducir a una agonía prolongada".

A su juicio, la eutanasia activa debería ser legalizada recogiendo los siguientes puntos: un diagnótico médico de enfermedad irreversible, incurable y dolorosa; una petición expresa, "muy clara y reiterada", en la que el enfermo manifieste su voluntad de morir, y garantías de protección al édico que la practique.

En este sentido, Pániker recordó que la AMD presentó a los distintos grupos políticos un texto en el que proponía que "el que causara actos necesarios y directos a la muerte de otro por la petición expresa e inequívoca de éste, informado de su diagnóstico y pronóstico por al menos dos médicos, en el caso de que la enfermedad que sufriese sea irreversible y con dolores difíciles de soportar, quedará exento de responsabilidad criminal".