Casi la mitad de esta ayuda tiene su origen en los Fondos Estructurales Europeos, que aportarán más de 61.000 millones de pesetas, según una decisión aprobada por la comisaria europea responsable de Política Regional, Monika Wulf-Mathies.

El sector privado debería aportar otros 218.000 millones de psetas para poder poner en marcha las iniciativas.

En total, la Comisión Europea (CE) calcula que con estas ayudas se crearán uno 13.000 empleos en el País Vasco, región que se encuentra dentro de las zonas industriales en declive, junto a Cataluña y otras zonas de Inglaterra y Alemania.

La ayuda atiende a varias prioridades. En primer lugar, el apoyo al empleo y a la competitividad. Dentro de este apartado, se prevén acciones en favor de las PYMES, la formación permanente de trabajadores y la contrucción de equipamientos para empresas.

METRO Y TREN

La mejora de las comunicaciones vinculadas a la actividad económica también se encuentra dentro de las prioridades. La línea de metro San Igancio-Urbinaga, en Bilbao, y el Eusko tren recibirán parte de las ayudas, al igual que 11 trayectos de carretera y tres puertos marítimos (Bilbao, Pasaje y Bermeo).

En cuanto a la protección del medio ambiente, la Comisión prevé una atención especial al consorcio Bilbao-Ría 2000. Otras iniciativas afecta al tratamiento de aguas, la recogida selectiva de desechos y la rehabilitación de zonas degradadas.

Otra parte importante de las ayudas se destinará a la creación y equipamiento de nuevos centros tecnológicos.

Por último, la Comisión dedica un apartado al desarrollo local y urbano, que incluye una importante ayuda al palacio de congresos de San Sebastián.