En el próximo siglo podríamos estar utilizando la moneda electrónica, en lugar de llevar en los bolsillos monedas y billetes, pero en la actualidad el uso de estos "monederos electrónicos" es tan sólo un fenómeno local.

Una de las razones es la falta de compatibilidad de los distintos sistemas existentes en Europa. Por ejemplo, la tarjeta Protón (una de las pioneras) no puede ser utilizada incluso en muchos de los países donde se está vendiendo.

Por esta razón, los impulsores de este tipo de tajetas acaban de crear un consorcio para definir las especificaciones comunes para los lectores utilizables en el comercio electrónico, o bien para el llamado banco a domicilio. La iniciativa es apoyada por la UE dentro del programa Isis de la Comisión y ha sido bautizada con el nombre de "Finread".