La línea se dedicará primordialmente a modernizar el sector financiero de estos países y regiones, así como a aumentar la competitividad de sus sectores empresariales, dando especial importancia a laprivatización. Además, se facilitará apoyo a los intermediarios financieros activos en la región.

De esta forma, la Comisión espera aumentar la capacidad económica y tecnológica de los países mediterráneos a través de una mejora de sus economías que permita crear un mercado entre ellos y también con la UE.

"Se pretende que estas regiones obtengan beneficios netos en términos de crecimiento acelerado, creación duradera de puestos de trabajo y sostenibilidad de sus balanzas de pagos", indicó Brusels.

Para lograr esos objetivos, la línea apoya la reestructuración y el fortalecimiento competitivos de las empresas locales, la formación de un sector financiero en un contexto de economía de mercado abierta con vistas a promover la creación de intermediarios financieros "responsables" y la mejora de la eficiencia de los servicios.

Asimismo, contempla la diversificación de los productos financieros, la creación de asociaciones con intermediarios financieros regionales y la eliminación de los monoolios públicos a través de la privatización de empresas estatales, siempre que se cuente con un mercado competitivo que pueda producir bienes y servicios de manera eficiente.