La decisión adoptada por Europay se debe al importante descenso e el uso de los eurocheques y cheques-papel como consecuencia de las transferencias electrónicas. La decadencia de los eurocheques se da en la mayor parte de los Estados comunitarios, aunque los cheques-papel siguen utilizándose mucho en países como Reino Unido y Francia.

La Oficina Europea de consumidores (BEUC) cree que la decisión de retirar los eurocheques puede ser perjudicial, ya que gran número de pequeñas empresas no pueden aceptar pagos a través de tarjetas de crédito cuanto se trata de grande cantidades. Por otra parte, los consumidores europeos tampoco quieren verse obligados a usar las tarjetas de crédito en muchas de estas ocasiones, añade BEUC.

La opción con la que cuentan a partir de ahora es acudir a un banco para efectuar personalmente los pagos transfronterizos, con los inconvenientes y cargos suplementarios que esto conlleva.

La BEUC ha criticado también que se haya escogido la fecha en que se introducirán los nuevos billetes y monedas de euro para iniciar esta medida, que h tachado de "retrógrada", pues un buen número de consumidores pensarán que el euro desempeña un papel importante en la retirada de esta garantía.

La postura de la Oficina Europea de Consumidores está respaldada por una comunicación de la Comisión Europea en la que se señala la necesidad de mejorar la eficacia de los servicios transfronterizos de pagos y reducir las grandes cantidades impuestas a los consumidores para este tipo de operaciones.