Velarde explicó a Servimedia que las ventajas que puede tener un euro devaluado para España son muy pequeñas, puesto que un volumen muy pequeño de las exportaciones tiene como destino a países que no sean europeos. De este modo, nuestras ventas al exterior apenasse beneficiarán de una moneda más barata.

En cambio, el encarecimiento del dólar sí que tendrá un gran impacto sobre las compras españolas de materias primas, que se realizan sobre todo a países no europeos. En consecuencia, subirán los precios de estos productos, especialmente en el caso del petróleo, con los efectos que esto tendrá sobre el IPC.

Al mismo tiempo, el mantenimiento de unos tipos de interés bajos sigue contribuyendo a la expansión de la demanda interna, lo que agravará aún más la epiral inflacionista. A su juicio, nos encontramos ante una situación "muy seria" que está "fuera de nuestro dominio" desde que formamos parte de la zona euro.

Velarde sugirió como única solución presionar al Banco Central Europeo (BCE) para aplique una política monetaria mucho más rigurosa y a la Unión Europea para que cambie sus modelos productivos.

El economista fue muy duro con la política que está desarrollando el BCE, al que calificó de "bisoño". Afirmó que no está mostrando ninguna seriedadni autonomía frente a los intereses de Alemania y Francia, por lo que "no ha estado a la altura de las expectativas".