Estos datos, que, según esta entidad, pueden considerarse representativos para todo el país demuestran que el euro no ha disparado el uso de las tarjetas de crédito, pese al temor que se tenía durante los primeros días de convivencia con esta moneda.

Este crecmiento debe relativizarse todavía más ya que los importes gastados a través de tarjetas crecen anualmente a ritmos mayores. Así, el crecimiento medio en el 2001 fue en esta entidad del 20%, porcentaje muy superior al del pasado enero.

Este escaso crecimiento corrobora la madurez y sensatez con la que los españoles han afrontado la llegada de esta nueva moneda, a pesar de las dudas que se tenían al inico de su llegada.

En cuanto a la utilización de los cajeros automáticos se ha producido una leve isminución del 0,5% en las cantidades retiradas y un pequeño descenso del 2,2% en el número de operaciones efectuadas.

Estos descensos no son para nada significativos y pueden atribuirse a un cierto retraimiento inicial de algunos sectores, especialmente el colectivo de usuarios de mayor edad, que prefieren efectuar las primeras operaciones directamente a través de ventanilla.